viernes, 21 de noviembre de 2025

La adolescencia como etapa de impulso y arrojo

La adolescencia constituye una etapa caracterizada por un marcado impulso hacia la acción y una tendencia al arrojo. De acuerdo con Erik H. Erikson (1968), se trata de la fase del desarrollo psicosocial en la que predomina la búsqueda de identidad frente a la confusión de roles, lo que predispone al adolescente a definirse a partir de causas o ideales que le otorguen sentido y pertenencia. 

En este contexto, las figuras significativas, protectores, líderes, docentes o referentes admirados, ejercen una influencia determinante en la construcción del yo. Cuando estas figuras motivan al adolescente a comprometerse con una causa, sea esta prosocial o antisocial, el joven suele hacerlo con gran entusiasmo y entrega, a menudo sin un análisis crítico de las consecuencias. Este patrón responde a factores neurobiológicos y psicosociales. 

En el ámbito latinoamericano, diversos autores han señalado que este ímpetu adolescente puede ser canalizado tanto hacia la construcción de ciudadanía como hacia conductas de riesgo, dependiendo de la calidad del entorno relacional. González Rey (2009) subraya la importancia del reconocimiento afectivo en la configuración de la identidad (como en la terapia Paternal), mientras que Krauskopf (1999) advierte que la ausencia de referentes protectores favorece la adhesión acrítica a modelos negativos. (El fundamento de la terapia paternal es la protección)

 De este modo, la disposición adolescente a actuar con vehemencia frente a causas externas puede entenderse como la confluencia de tres dimensiones: (1) la necesidad psicosocial de identidad y validación, (2) la influencia modeladora de referentes significativos y (3) la asincronía en la maduración entre los sistemas emocionales y ejecutivos del cerebro. (Como en la terapia pateranl)

 Este marco explicativo resulta esencial para comprender por qué la adolescencia constituye un período de especial vulnerabilidad frente a la adopción de conductas de riesgo. La misma energía que impulsa al joven a comprometerse con causas nobles y constructivas puede, en ausencia de orientación adecuada, derivar en la adhesión a modelos negativos que facilitan trayectorias delictivas o comportamientos socialmente desadaptativos.

En este sentido, la prevención del delito no debe entenderse únicamente como la represión de actos ilícitos consumados, sino como la anticipación de aquellos procesos psicosociales que predisponen al adolescente a conductas inadecuadas. Evitar el desarrollo de pautas desadaptativas requiere reconocer la importancia de la identidad en construcción, fortalecer la presencia de figuras protectoras y crear entornos de acompañamiento que canalicen de forma positiva la búsqueda de pertenencia y validación. 

La corteza prefrontal, responsable de la autorregulación, el juicio y la planificación, aún se encuentra en maduración durante la adolescencia, mientras que el sistema límbico donde se procesan las emociones, motivaciones, memoria emocional y conducta dirigida; así como los circuitos dopaminérgicos, vinculados a la recompensa y la motivación, presentan una hiperactivación relativa. (Casey, Jones & Hare, 2008; Steinberg, 2005).

Es de gran dificultad para una sociedad cuando ni el Estado ni la sociedad en general, son capaces de presentar a los jóvenes proyectos viables en los que puedan desarrollar sus habilidades, su oficio, su profesión. (Piña Yorik R., Y Ahora Qué? Pag. 58

La “ausencia de promesa” sucede cuando el Estado no organiza con estadísticas y proyectos, al muy largo plazo, puestos de trabajo, y oportunidades de cualquier tipo, a los jóvenes que se preparan para desempeñar su papel en la comunidad y lograr desarrollar las habilidades que aprendieron en la etapa anterior (laboriosidad-inferioridad.

A continuación colocamos un video, en donde se entrevistan a dos jóvenes que estuvieron privados de libertad en un centro de correción. Estamos de acuerdo con las explicaciones que ofrecen del porque de la violencia, dentro del recintos de correción. Este artículo que forma  departe de una de mis obras, explica de una manera científica, los c onceptos que ellos arguyen.

La Fundación Amigos del Mundo Inc. ha formulado un proyecto que tiene en cuenta esos argumentos. Aqui el video:

https://www.youtube.com/watch?v=9l3gNCcT0R8


Nota. 
El Programa de Reeducación para Jóvenes Traviesos (adolescentes en conflicto con la ley penal) ha sido suspendido desde hace un año. Es un programa muy costoso. La sociedad y mucho menos el Estado ha respondido nuestra llamada de auxilio para continuar con ese programa. Solo ofrecemos PROCRECER, el programa de formación en valores a adolescentes y jóvenes que no tienen una correcta dirección de hogar por lo que son provclives a tomar caminos equivocados.

Ciudadanos y empresas que han permitido que nuestro trabajo continue, aun sea con dificultades. Sin su apoyo, hubiera sido imposible llegar hasta hoy.


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Oscar Matos, USA
Renee Noyes, ,Las Vegas, USA,
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Nota 2.

Este artículo es un subtítulo de la obra "Terapia Paternal". Si desea adquirir la obra, escribanos al correo electrónico rafaelpina@icloud.com, consignado su telefono y nos pondremos en contacto. Gracias


sábado, 8 de noviembre de 2025

Vinculación Positiva Dirigida de la Terapia Paternal

Por Yorik R. Piña

La Vinculación Positiva Dirigida transforma la relación terapéutica en un acto educativo y moral: el profesional no solo interpreta, sino que enseña a vincularse, a responsabilizarse y a vivir con propósito.

Paradigma:
Nivel: filosófico-epistemológico (la visión del mundo).

Es el marco general de pensamiento que orienta la forma en que entendemos la realidad, el ser humano y el conocimiento. Su función es definir qué se considera “verdadero”, “válido” o “eficaz” dentro de una disciplina.

Ejemplo: el paradigma conductista ve la conducta como respuesta a estímulos; el paradigma humanista entiende al ser humano como un ser libre y autorrealizable.

La Vinculación Positiva Dirigida (VPD) es un paradigma, porque redefine la relación terapéutica y educativa desde una nueva visión del ser humano basada en vínculo, afecto estructurado y propósito reeducativo

Enfoque:
Nivel: teórico-conceptual (la perspectiva dentro del paradigma). Es la manera específica de aplicar un paradigma a un campo determinado o a un problema concreto.

Función: organiza los conceptos y principios que guían la intervención. Ejemplo: dentro del paradigma humanista existen enfoques como el centrado en la persona (Rogers) o el gestáltico (Perls).

En la Terapia Paternal es un enfoque clínico-educativo derivado del paradigma VPD, porque operacionaliza esa visión relacional en procedimientos concretos de intervención.

Método
Nivel: técnico-operativo (la práctica). Es el conjunto de pasos, técnicas o procedimientos usados para aplicar un enfoque o validar un paradigma.

Indica cómo se ejecuta la intervención o la investigación. Ejemplo: entrevistas clínicas, observación, registros conductuales, sesiones grupales, bitácoras, etc.

Los métodos monitoriales, terapéuticos o pedagógicos son las estrategias concretas que aplican los principios del enfoque de Terapia Paternal dentro del paradigma VPD

Resumen comparativo

Nivel

Concepto

Pregunta que responde

Ejemplo

Paradigma

Visión general del ser humano y del conocimiento

¿Desde qué concepción entiendo la realidad?

Vinculación Positiva Dirigida (VPD)

Enfoque

Orientación teórica dentro del paradigma

¿Desde qué perspectiva aplico esa visión?

Terapia Paternal

Método

Conjunto de procedimientos para aplicar el enfoque

¿Cómo lo llevo a la práctica?

Sistema Monitorial, PROCRECER, sesiones terapéuticas, bitácoras, etc.

La Vinculación Positiva Dirigida transforma la relación terapéutica en un acto educativo y moral: el profesional no solo interpreta, sino que enseña a vincularse, a responsabilizarse y a vivir con propósito.

Durante más de cinco décadas de observación y práctica educativa con adolescentes en distintos entornos,sobre todo en el colegio Experimental Fernando Arturo De Meriño, de Barahona y Colegio Experimental De Moniotores en el Distrito Nacional (escuelas, comunidades y centros de corrección), surgió de manera empírica un enfoque que hoy se puede denominar “Vinculación Positiva Dirigida (VPD)”.

 Este paradigma plantea que el cambio conductual y el crecimiento personal se logran más eficazmente cuando el adulto significativo valida primero lo positivo del adolescente y dirige luego la corrección hacia la mejora, en un marco de afecto, respeto y firmeza.

La VPD nace como un proceso emergente dentro de la Terapia Paternal, un modelo que combina disciplina, acompañamiento y ternura, y que ha mostrado ser una herramienta poderosa de transformación psicosocial.

El Paradigma de Vinculación Positiva Dirigida (VPD) es un marco conceptual emergente en psicología que orienta la forma de interpretar y transformar los eventos de la realidad humana desde una perspectiva afectiva, preventiva y formativa. 

Este paradigma integra supuestos teóricos y prácticos que enfatizan la validación del individuo antes de la corrección, la positividad intencional y no ingenua, la síntesis de afecto con firmeza y la centralidad de la dimensión relacional.

En este sentido, el VPD no solo constituye un método de interpretación de la conducta y los procesos emocionales, sino también un modelo de intervención práctica que, aplicado en contextos clínicos, educativos y penitenciarios, busca prevenir riesgos, favorecer el desarrollo socioemocional y promover la reinserción social. 


Este paradigma plantea que el cambio conductual y el crecimiento personal se logran más eficazmente cuando el adulto significativo valida primero lo positivo del adolescente y dirige luego la corrección hacia la mejora, en un marco de afecto, respeto y firmeza. 


La VPD nace como un proceso emergente dentro de la Terapia Paternal, un modelo que combina disciplina, acompañamiento y ternura, y que ha mostrado ser una herramienta poderosa de transformación psicosocial. Ostenta un vínculo de tipo afectivo-protector, distinto tanto de la autoridad autoritaria como de la simple simpatía emocional. 


Se trata de una relación estructurada, que integra afecto y firmeza, y que busca instalar en el joven una figura paternal simbólica, capaz de ofrecer seguridad, validación y dirección.


 Características del vínculo en la Terapia Paternal
Es protector y afirmativo porque vínculo asegura al joven que hay alguien que cuida de él, lo valida antes de corregirlo y lo conduce con una mezcla de comprensión y exigencia.

Es Relacional y directivo. No es un vínculo neutro ni distante: tiene dirección pedagógica y terapéutica (Vinculación Positiva Dirigida), orientada a moldear conductas y fortalecer valores. Es simbólico-sustitutivo, no reemplazante, no sustituye al padre biológico, sino que modela la función que este debería cumplir: seguridad, límites claros y amor incondicional. 

Es motivador y reparador porque genera confianza en sí mismo y reduce resistencias, al enfocarse en las conductas positivas y en la posibilidad de transformación personal. Genera una dimensión terapéutica y educativa. 

Se establece tanto en la consulta clínica, como en la escuela (Sistema Monitorial) y en centros penitenciarios, siempre con el mismo eje que consiste en una relación protectora y dirigida que activa procesos de cambio profundo.

La Terapia Paternal ostenta un vínculo paternal simbólico, afectivo y protector, con dirección pedagógica y terapéutica, que busca reparar carencias, modelar nuevas conductas y fortalecer la identidad del joven. 

La vinculación en la Terapia Paternal se considera positiva por varias razones fundamentales que provienen de su naturaleza afectiva, protectora y dirigida. Se centra en validar lo positivo que el joven ya tiene o manifiesta, antes de señalar sus errores. Esto crea un ambiente de aceptación y confianza, donde la corrección no se percibe como rechazo, sino como una oportunidad de mejora. Disminuye resistencias y confrontaciones al estar sustentada en el afecto y la firmeza integrados. 

De esta manera el joven no percibe al conductor como un enemigo que lo juzga, sino como una figura que lo acompaña y protege. Esto reduce las barreras emocionales y facilita la apertura a cambios de conducta. Genera motivación interna al percibir: “valgo y puedo mejorar”, en lugar de reforzar etiquetas negativas. Ese reconocimiento positivo tiene un efecto motivador y reparador, que impulsa el esfuerzo personal y la resiliencia.

 Modela la función paterna simbólica cuando el adolescente carece de un padre presente o de una autoridad sana. El vínculo positivo de la Terapia Paternal instala esa figura simbólica, protectora y orientadora, que genera seguridad y sentido de pertenencia, integrando lo afectivo con lo normativo. No es solo afecto, ni solo disciplina: es una combinación equilibrada. Esa mezcla hace que el vínculo sea terapéutico y educativo a la vez, porque enseña límites sin violencia y otorga afecto sin permisividad.

 La positividad en la vinculación de la Terapia Paternal no es ingenua ni permisiva, sino estratégica y dirigida. Es positiva porque repara, motiva y transforma, creando un lazo protector que sostiene al joven mientras aprende a superar carencias y desarrollar nuevas conductas.

Dirección en la Terapia Paternal:

Lo dirigido en la Terapia Paternal significa que la vinculación afectiva tiene rumbo: está orientada a reforzar lo positivo, corregir con amor, instalar una figura paterna simbólica y conducir al joven hacia un cambio profundo y sostenido. 

El vínculo no se deja al azar: el conductor elige conscientemente qué conductas reforzar, qué actitudes validar y cómo marcar los límites. Cada interacción tiene un propósito: sanar, motivar y transformar. Se busca resaltar lo positivo en la conducta del joven, por pequeño que sea. El refuerzo no es indiscriminado, sino dirigido a lo que puede crecer y consolidarse. Cuando se corrige, se hace con afecto y alternativas claras, no con simple sanción.

El conductor marca la dirección del cambio, evitando que el joven se quede solo en la culpa o el error. La dirección implica poner límites claros y consistentes, que transmiten seguridad. No se trata de permisividad, sino de guiar con firmeza afectuosa. La “dirección” busca que el joven interiorice nuevas conductas y valores. El objetivo no es solo regular el comportamiento inmediato, sino formar carácter y resiliencia a largo plazo.

miércoles, 15 de octubre de 2025

Los micro ARN y los trastornos mentales

 Actualmente, no hay un único micro ARN (miRNA) específicamente identificado y universalmente reconocido como "el micro ARN de la psicopatía".

La psicopatía es un trastorno complejo con bases neurobiológicas y genéticas, y es probable que, de existir, la alteración no esté ligada a un solo micro ARN, sino a una compleja red de regulación génica.

Sin embargo, la investigación en psiquiatría y neurobiología ha explorado el papel de los micro ARNs en trastornos psiquiátricos y del neurodesarrollo que a menudo tienen características conductuales superpuestas o que comparten vías biológicas, como:

 * Trastornos del espectro autista (TEA): Se han reportado cambios en los niveles de algunos micro ARNs.

 * Esquizofrenia: Se ha investigado el papel de micro ARNs como miR-137 y miR-338-3p en la regulación de la plasticidad sináptica y circuitos cerebrales.

 * Trastorno bipolar.

Los micro ARNs son pequeñas moléculas de ARN no codificante que regulan la expresión génica al unirse a los ARN mensajeros (ARNm), generalmente silenciando o disminuyendo la producción de proteínas. Un desequilibrio en sus niveles puede afectar el desarrollo neuronal y la función cerebral, lo que podría influir en la predisposición a ciertos rasgos de personalidad o trastornos, incluida la psicopatía.

Es un área de investigación activa, y futuros estudios podrían identificar micro ARNs específicos o un patrón de expresión de micro ARNs asociados de manera más directa con la psicopatía.


domingo, 14 de septiembre de 2025

Filosofía que sustenta el paradigma "Vinculación Positiva Dirigida" de la Terapia Paternal

 

El paradigma de “Vínculación positiva dirigida” que se utiliza en la terapia paternal tiene una raíz filosófica bien definida.

Filosofía subyacente

Este paradigma se sostiene principalmente en una filosofía humanista-relacional[i], pero con matices propios:
1.- Parte de la idea de que el ser humano necesita un lazo afectivo estructurante, que le dé contención, seguridad y dirección.
2.- Asume que el vínculo no puede ser neutral, sino intencionalmente orientado hacia el bien del otro, como lo hace una figura paterna que guía y sostiene.
3.- Se inspira en la antropología existencial[ii]: el hombre no es solo libertad, también es vulnerabilidad, y necesita vínculos que lo encaucen.

Fundamentos psicológicos y filosóficos

1.- Psicoanálisis de las relaciones objetales [iv](Winnicott, Bowlby, Fairbairn): la figura parental es esencial en la estructuración del yo y la capacidad de confiar. El “vínculo positivo dirigido” se basa en esa transferencia paternal que repara y orienta.

2.- Filosofía personalista [v](Mounier, Buber, Marcel): la persona se constituye en la relación yo-tú, y el vínculo paternal representa un tú que protege y orienta.

3.- Fenomenología hermenéutica [vi](Heidegger, Ricoeur): el ser humano necesita un horizonte de sentido y guía para existir auténticamente. El terapeuta, en este paradigma, funge como acompañante paternal que ayuda a interpretar la vida.

4.- Ética del cuidado (Gilligan, Lévinas)[vii]: el vínculo positivo se enmarca en la responsabilidad hacia el otro, no en control opresivo. El dirigir se entiende como orientar, no dominar.

Diferencia con otros enfoques

1.- Frente al paradigma de neutralidad psicoanalítica[viii], este paradigma defiende que el terapeuta puede y debe implicarse afectivamente, como lo haría un padre, siempre desde la responsabilidad y el respeto.
2.- Frente a una terapia meramente técnica o cognitiva, se centra en la dimensión afectiva y formativa del vínculo como base del cambio.
3.- Frente a una visión autoritaria, plantea un paternalismo benevolente: firmeza unida a cuidado, dirección unida a respeto.

Síntesis filosófica
El “Vínculo positivo dirigido” se sostiene en:
1.- Humanismo existencial-personalista[ix]: la persona se construye en relación y necesita dirección afectiva.
2.- Psicología del apego[x] y de las relaciones objetales[xi]: el vínculo reparador es la base de la seguridad interna.
3.- Ética del cuidado: el terapeuta se compromete con el bienestar del otro, asumiendo responsabilidad afectiva y moral.

Este paradigma se sustenta en una filosofía humanista-personalista y de cuidado, con raíces en la fenomenología existencial y en la teoría del apego. Su esencia es que el vínculo terapéutico no es neutral ni frío, sino afectivo, protector y orientador, como un padre que guía con firmeza y amor.

FRONTERA DEL PARADIGMA

Vínculo - Positivo - Dirigido
Hablar de la frontera del paradigma “Vínculo positivo dirigido” dentro de la terapia paternal implica señalar dónde empieza y dónde termina, es decir, cuál es su campo legítimo de acción y cómo distinguirlo de enfoques cercanos o de posibles distorsiones.

En qué consiste la frontera del paradigma
La frontera es el límite ético, filosófico y técnico que define lo que es un vínculo positivo paternal y lo que deja de serlo.
1.- Por dentro de la frontera: el terapeuta ejerce un rol paternal en sentido afectivo, protector y orientador, respetando siempre la dignidad y autonomía del paciente.
2.- Fuera de la frontera: cuando el vínculo se transforma en autoritarismo, manipulación, dependencia dañina o imposición de valores personales que anulan al otro.

Núcleo dentro de la frontera
El vínculo positivo dirigido implica:
Afecto con dirección: el terapeuta sostiene emocionalmente y orienta con claridad.
1.- Protección y seguridad: el paciente percibe al terapeuta como un “continente” confiable, semejante a la figura de un padre bueno.
2.- Direccionalidad ética: la orientación no es arbitraria, está fundamentada en el cuidado, la responsabilidad y el bien del paciente.
3.- Intencionalidad positiva: todo acto del terapeuta busca construir, no someter ni restar libertad.

Lo que queda fuera de la frontera
Se distingue que no corresponde a este paradigma cuando aparecen:
1.- Paternalismo autoritario: el terapeuta sustituye al paciente, anulando su voz o imponiendo su voluntad.
2.- Neutralidad fría: ausencia de dirección y afecto; esto se aleja del sentido paternal.
3.- Dependencia enfermiza: el vínculo se torna en atadura, impidiendo la autonomía futura.
4.- Manipulación ideológica o personal: usar el rol paternal para transmitir valores o creencias personales como si fueran verdades incuestionables.
5.- Desbordamiento de límites profesionales: cuando el terapeuta cruza a una relación que deja de ser terapéutica y se vuelve intrusiva.

 Cómo se distingue dentro/fuera de la frontera
1.- Correspondencia con el paradigma: cuando el paciente experimenta cuidado, guía, contención y, al mismo tiempo, siente que se fortalece su autonomía y confianza.
2.- No correspondencia: cuando el paciente siente anulación, miedo, dependencia excesiva, manipulación o cuando el vínculo se centra en el terapeuta más que en el paciente.
La frontera del paradigma “Vínculo positivo dirigido” se define por un delicado equilibrio:
1.- Dentro: dirección paternal positiva → cuidar, orientar, contener, empoderar.
2.- Fuera: autoritarismo, neutralidad fría o manipulación.”



[i] La filosofía humanista-relacional es un enfoque que combina los principios humanistas, los cuales enfatizan la dignidad, el valor y la autonomía del ser humano, con la comprensión de la existencia humana como inherentemente relacional, es decir, como seres que se desarrollan y encuentran significado en sus interacciones y vínculos con otros y el mundoSe centra en el desarrollo del potencial humano en un contexto de apoyo mutuo y conexión, promoviendo el autoconocimiento, la empatía y la responsabilidad dentro de las redes sociales y comunitarias. 

[ii]  La antropología existencial es un campo que aplica las ideas del existencialismo para comprender al ser humano en su totalidad, enfatizando la libertad, la responsabilidad, la conciencia de la propia existencia, la búsqueda de sentido y el significado individual, y la comprensión de la condición humana en sus distintas dimensionesEste enfoque se centra en la experiencia subjetiva del individuo y en cómo las personas construyen su identidad a través de sus acciones y relaciones en un mundo lleno de contradicciones y desafíos, como la muerte. 

 [iv] Psicoanálisis de las realciones objetales. El Concepto central en el psicoanálisis que describe la forma en que las personas internalizan sus experiencias tempranas con figuras significativas (los "objetos") para formar su sentido de sí mismas y sus patrones de relación con otros. Esta teoría enfatiza que la personalidad y las dinámicas relacionales adultas se basan en cómo los individuos perciben y actúan hacia los "otros", tanto externos (reales) como internos (imaginarios), moldeados por el apego y la regulación emocional durante la infancia. 

[v] Filosofía personalista. Corriente de pensamiento que sitúa a la persona humana en el centro de la reflexión ética y antropológica, enfatizando su valor intrínseco, su libertad, su carácter social y relacional, y su trascendencia. Surgió en el período de entreguerras del siglo XX, en parte como respuesta a crisis sociales y ideológicas, y busca promover una visión de la persona como fin en sí misma, en lugar de ser reducida a un objeto o un medio. 

[vi] Fenomenología Hermenéutica. Busca comprender e interpretar la experiencia vivida, revelando cómo las personas dan sentido a su mundo.

[vii]  Ética del cuidado. Es una forma de entender la moral que pone en el centro la responsabilidad hacia el otro, la empatía y la atención a las necesidades concretas de las personas. No se trata solo de cumplir reglas, sino de cuidar y responder al otro con sensibilidad y compromiso humano.

[viii] Neutralidad psicoanalítica. Su propósito es mantener un espacio seguro y objetivo, donde el paciente pueda expresar libremente sus pensamientos y emociones para favorecer la comprensión y el proceso terapéutico.

[ix] Humanismo existencial personalista. Es una corriente que afirma la dignidad y libertad de la persona, resaltando su capacidad de elegir y dar sentido a su vida. Combina la mirada existencial (responsabilidad ante la propia existencia y búsqueda de sentido) con la visión personalista (la persona como ser único, relacional y con valor intrínseco).

[x] La psicología del apego estudia cómo los primeros vínculos afectivos (especialmente con los cuidadores) influyen en la seguridad emocional y en la manera de relacionarse a lo largo de la vida.

[xi] Relaciones objetales. Se centra en cómo las experiencias tempranas con esas figuras significativas (los “objetos internos”) quedan grabadas en la mente y modelan la forma en que la persona percibe, siente y se relaciona con los demás.

jueves, 11 de septiembre de 2025

Vinculación Positiva Dirigida de la Terapia Paternal

 Un llamado a los colegas investigadores:

Durante más de cinco décadas de observación y práctica educativa con adolescentes en distintos entornos (escuela, comunidad y centros de corrección), surgió de manera empírica un enfoque que hoy podemos denominar “Vinculación Positiva Dirigida (VPD)”.

Este paradigma plantea que el cambio conductual y el crecimiento personal se logran más eficazmente cuando el adulto significativo valida primero lo positivo del adolescente y dirige luego la corrección hacia la mejora, en un marco de afecto, respeto y firmeza.

La VPD nace como un proceso emergente dentro de la Terapia Paternal, un modelo que combina disciplina, acompañamiento y ternura, y que ha mostrado ser una herramienta poderosa de transformación psicosocial.

Fundamentos conceptuales

1.- Validar antes de corregir: Reconocer lo positivo genera apertura emocional y reduce resistencias. La corrección, cuando llega después de la validación, se percibe como acto de cuidado y no como ataque.





2.- Positividad dirigida, no ingenua: La VPD no consiste en elogiar indiscriminadamente. Se valida lo que contribuye al desarrollo, y se guía al joven hacia alternativas mejores.


3.- Afecto y firmeza integrados: Se evita la dicotomía entre “ser duro” o “ser blando”. El conductor se convierte en figura de autoridad afectiva, que forma y orienta sin humillar.


4.- Dimensión relacional: La VPD subraya que toda disciplina es más efectiva cuando se sustenta en una relación significativa de confianza y respeto mutuo.

Relación con la Terapia Paternal: La Terapia Paternal propone que la autoridad es servicio, no imposición, y que el acompañamiento cercano, firme y afectuoso permite modificar conductas sin generar resentimientos. La Vinculación Positiva Dirigida se convierte en su método operativo central, proporcionando una ruta clara para que monitores, orientadores, maestros o terapeutas puedan aplicar la disciplina de manera formativa.

Fortalezas y debilidades del paradigma: A continuación, se presentan las fortalezas y debilidades del paradigma Vinculación Positiva Dirigida:

Los elementos para validar una teoría en psicología


                           Fortalezas y debilidades del paradigma Vinculación Positiva Dirigida


Testimonios y observaciones empíricas: En la obra Sistema Monitorial, múltiples exalumnos, hoy adultos y abuelos, relatan cómo la Terapia Paternal y el enfoque de vinculación positiva marcaron sus vidas, otorgándoles disciplina, resiliencia y sentido de propósito. Estos testimonios son evidencia vivencial del impacto del paradigma mucho antes de que fuese sistematizado teóricamente.

En la obra Terapia Paternal se documentan algunos casos (No suficientes) y anécdotas personales de sus 50 años de práctica, mostrando cómo sin ser psicólogo formal ya aplicaba intuitivamente este modelo con resultados duraderos. 

La Vinculación Positiva Dirigida es una teoría emergente que surge de la experiencia viva, y se convierte en el núcleo metodológico de la Terapia Paternal. Representa un puente entre la tradición educativa y la innovación psicológica, ofreciendo un marco práctico, humano y universal para acompañar el desarrollo de adolescentes en riesgo.

“Corregir con amor es formar; castigar con enojo es destruir.”

Hipótesis planteada:

Las conductas no innatas que, mediante repetición constante, se consolidan como hábitos, podrían inducir mecanismos moleculares mediados por transposones o ARN de transcripción inversa. Estos ARN, al ser convertidos en ADN complementario (ADNc), tendrían la capacidad potencial de integrarse al genoma, influyendo así en la transmisión epigenética o incluso genética, de ciertos patrones conductuales adquiridos. (Piña, Yorik R. Privación de Libertad, 2025)






Propuesta para la investigación

1. Introducción: La Vinculación Positiva Dirigida (VPD), como parte de la Terapia Paternal, constituye un paradigma emergente en la psicología aplicada. Sus principios fundamentales: a) Validar antes de corregir. b) Positividad dirigida. c) Afecto y firmeza integrados. d) Dimensión relacional. Se orientan a la prevención, educación y reinserción social de adolescentes y adultos. 

Aunque existen abundantes testimonios y resultados prácticos en escuelas, clínicas y centros penitenciarios, la VPD requiere ser sometida a un proceso de validación científica sistemática que permita consolidarla como un modelo reconocido a nivel nacional e internacional. 

2. Justificación: Relevancia social: La VPD ofrece una respuesta preventiva y terapéutica a problemas críticos como la delincuencia juvenil, la drogadicción y la reincidencia penitenciaria.

Relevancia científica: Su validación contribuirá al campo de la psicología con un paradigma integrador de la dimensión afectiva y normativa en la formación humana.

Relevancia institucional: República Dominicana puede convertirse en pionera en la sistematización y exportación de este modelo a nivel internacional.

3. Objetivos

Objetivo general: Validar científicamente el Paradigma de Vinculación Positiva Dirigida (VPD) mediante investigaciones aplicadas en contextos educativos, clínicos y penitenciarios.

Objetivos específicos: 1.- Evaluar el impacto de la VPD en la reducción de conductas disruptivas y mejora del rendimiento académico en entornos escolares. 

2.- Medir la eficacia de la VPD en la atención clínica de adolescentes y adultos con problemas emocionales y de conducta. 

3.- Analizar el efecto de la VPD en la disminución de la reincidencia penitenciaria y la reinserción social. 

4.- Explorar correlatos neurobiológicos y biomarcadores de la VPD (estrés, apego, regulación emocional). 

5. Comparar la eficacia de la VPD frente a métodos tradicionales en programas preventivos y de rehabilitación. 

3.- Metodología

Diseño de investigación: 1.- Estudios piloto (fase inicial).- 2.- Ensayos controlados aleatorizados (fase comparativa). 3.- Estudios longitudinales y multicéntricos (fase internacional). 

Muestras:

1.- Escuelas: 300 estudiantes organizados bajo sistema monitorial (con monitores entrenados en VPD). 

2.- Clínicas: 150 adolescentes y adultos en terapia. 

3.- Centros penitenciarios: 200 privados de libertad en programas de reinserción.

 Instrumentos de medición:

1.- Escala de Autoestima de Rosenberg.

2.- Inventario de Ansiedad de Beck (BAI).

3.- Inventario de Depresión de Beck (BDI-II).

4.- Registro de conductas disruptivas, reincidencia y participación en programas.

5.- Biomarcadores: cortisol salival, oxitocina plasmática (si hay recursos).

 

Procedimiento:

1. Aplicación de pre-test en cada muestra.

2. Intervención basada en VPD (12 semanas en escuelas, 6 meses en penitenciarios, 3 meses en clínica).

3. Post-test y seguimiento a 6 y 12 meses.

4. Comparación entre grupo experimental (VPD) y grupo control (método tradicional).

5. Cronograma

Fase

Duración

Actividades principales

Corto plazo (1-2 años)

Estudios piloto

Implementación en escuelas, clínicas y cárceles; tesis y publicaciones locales.

Mediano plazo (3-5 años)

Ensayos controlados

Comparación entre métodos; seguimiento longitudinal; publicaciones regionales.

Largo plazo (5-10 años)

Multicéntrico e internacional

Neurociencia, impacto socioeconómico, publicaciones internacionales, observatorio VPD.

6. Resultados esperados

1.- Evidencia científica de la eficacia de la VPD en distintos contextos.

2.- Publicaciones en revistas indexadas nacionales e internacionales.

3.- Inclusión del paradigma en programas de formación universitaria y manuales de psicoterapia.

4.- Reducción comprobable de riesgos sociales: delincuencia, drogadicción, deserción escolar, reincidencia penitenciaria.

7. Bibliografía inicial

Piña, Y. R. (2025). Terapia Paternal: Una intervención al entorno. Santo Domingo: Fundación AMIMUNDO.

Piña, Y. R. (2025). Sistema Monitorial: Una intervención a la escuela. Santo Domingo: Fundación AMIMUNDO.

Erikson, E. H. (1993). Infancia y sociedad. Madrid: Paidós.

Calvo Charro, M. (2005). La figura paterna en la psicología contemporánea. Madrid: Universidad Complutense.

UNESCO (2015). Educación 2030. Declaración de Incheon y Marco de Acción para la realización del ODS 4. Paris: UNESCO.