Al terminar el gobierno de Balaguer en el
año 1978, regresé a Barahona poniendo fin al exilio interno que me llevó a
recorrer casi todo el país y a vivir por
períodos en la capital, Baní, San Juan, San Cristóbal y Azua donde cursé dos
grados del bachillerato en el Liceo Román Baldorioti de Castro.
Tenía una espinita clavada, pues perdí el
año escolar 1975-1976, cuando le dimos una lección al director y policía Elpidio Radamés Burgos Rodríguez,
verdugo de los estudiantes en Santiago y Haina que encontró su Waterloo en
Barahona.
Esa espinita la saqué como el niño de la
pintura cuando tras cursar el segundo del bachillerato en Azua, inscribí, cursé
y pasé el tercero libre en Barahona, al año siguiente hice el cuarto de Física
y Matemáticas y al año siguiente hice el cuarto de Química y Naturales,
mientras cursaba mi primer semestre de pedagogía en el Curso- UASD.
Buscaba hacer el otro cuarto de Filosofía y
Letras, para seguir la lucha estudiantil en los liceos y paralelamente en la
universidad donde estudiaba Filosofía y Letras, fui a Duvergé, organicé la UNER
con José la Tusa a la cabeza, pero no pude viajar y estudiar.
En el curso encontré una realidad difícil,
como cosa del destino tenía que enfrentar al director César René Peñaló Ozuna,
quien abusaba de los estudiantes, los profesores y los empleados.
Nos presentó Gil quien dirigía en el liceo,
fue presidente del Club Cristo Rey en Sovica y militamos en la Línea Roja del
14 de Junio. Le advirtió a Peñaló que había llegado a enfrentarlo y que no le
sería fácil vencer a los estudiantes
bajo mi dirección.

En esta lucha gané con la UNER la
Secretaría General de la Asociación de Estudiantes del Curso, la representación
en el Consejo Técnico y la Asamblea. Varios dirigentes de la UNER, en especial
el Comité de la Lucha: Carlos, Valentina, Penquito, José, Nonoy y otros, más
los dirigentes de los grupos estudiantiles amigos y aliados, los de ASODEMU, y
los profesores en especial Pérez Espinosa, Victoria y Marino Mejía, merecen ser
reconocidos por el apoyo dado para el trabajo estudiantil y en la lucha librada
junto al pueblo y sus organizaciones.
Esta lucha que nos llevó a la unidad
popular para enfrentar y derrotar a una figura que se rodeó de los sectores
pudientes y conservadores, posibilitó la lucha a otros niveles con un programa
reivindicativo que tenía la construcción de un nuevo local para el CURSO, agua
y luz para los barrios pobres, rebaja del costo de la vida y otros, como las
consignas básicas.
Con mi graduación y mi obtención del Título
Certificado de Estudios Superiores en Educación, Mención Filosofía y Letras,
cerraba una etapa de mi vida estudiantil en Barahona, pasando a estudiar derecho
en la sede central de la UASD, junto a otros estudios nacionales e
internaciones en el país y en el extranjero, se abrió también en mi lucha
estudiantil, una nueva etapa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Barahoneros y visitantes: apreciamos sus comentarios