Me levanté temprano en viernes santo, como
siempre, llamé a Irving, Matos Pérez, Reyes Novas, Juan Tomás, Augusto, Noelia y
otros amigos con los que interactúo siempre; pero que en semana santa hacemos
cosas muy especiales.
Lo primero que planifiqué fue presentar el
programa de radio y televisión “Orientación Popular” desde la Defensa Civil,
como lo hice en otra ocasión, recoger su parecer, así como el de la Cruz Roja.
Con Noelia hablé largo y tendido, todo lo que
se había dicho de que tenían de todo para el operativo eran mentiras, faltaban
cosas básicas, lo que abundaba era el amor, el trabajo, el esfuerzo y
crecimiento de unos equipos que no se detienen ante las dificultades y que ya
alcanzan más de 300 hombres y mujeres de todas las edades que lo dan todo por
su pueblo.
Salímos de la Cruz Roja hacia la Defensa Civil,
encontré un panorama familiar, con perros y todo. Augusto cocinaba un moro de
guandules con camarones guisados, jóvenes de ambos sexos le ayudaban, recordé como
yo hago casi lo mismo para mis actividades y mis muchachos, eso es amor al prójimo,
actuar sin complejos, entregarse a los demás y a sus causas.
Preparamos el escenario y arrancó “Orientación
Popular” desde la Defensa Civil. Augusto, Matos Pérez y Yo iniciamos, hablando
de semana santa, del operativo montado, de que no habían ocurrido
hechos
lamentables en Barahona.
También comprobamos las precariedades, que estaban
a simple vista y que augusto y los muchachos confirmaron, lo que no los
desanimaba, son soldados del bien y del sacrificio, que se entregan como Jesús
por los demás, aunque jamás podrán igualar la obra del divino maestro.
Llegó un refuerzo extraordinario, un Albert
Pujols en materia religiosa y su filosofía: Juan Tomás Olivero Figuereo, aquel
monaguillo de la Iglesia Cristo Rey, con el padre Camilo y con el padre
Estanislao, que casi llegó a ser cura, pero se detuvo en el último escalón,
entre otras cosas se ha dedicado a su familia y a la docencia universitaria.
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