Por Yorik Piña
Director del Programa de Reinserción Social
El Programa de Reinserción Social que estamos ejecutando en Barahona ha sido, obviamente menguado por la pandemia.
De los 54 insertos, desde el inicio del programa, 19 están en estado pasivo por diferentes razones. (Unos pocos han superado la edad (30 años), otros han abandonado por confusiones en los objetivos (Intereses económicos), uno ha sido asesinado, otro está cumpliendo 5 años de prisión (sale en 5 meses).
Otros más, no han dado explicación de su retiro, pero volverán porque la semilla de la protección está sembrada en lo más profundo de su inconsciente. Les esperamos con paciencia. Nuestra experiencia de 50 años nos dice que eso sucederá.
De los 35 jóvenes activos en el programa 19 tienen contacto permanente con la dirección. 10 de ellos reciben orientación y/o terapia al través de plataformas digitales o telefónicas y visitas esporádicas a su domicilio, porque viven fuera de la ciudad (Santo Domingo, Los Blancos, Enriquillo y Mena Abajo).
16 de ellos no asisten al programa por diferentes motivos, propios de la imposibilidad de protegerlos correctamente por las precariedades económicas, acentuadas por la crisis sanitaria que padecemos.
De todas maneras, aún con las precariedades, el programa es exitoso, teniendo en cuenta lo costoso de esta actividad que se mantiene con los recursos de mi actividad profesional y algunos pequeños aportes de barahoneros de la diáspora.
En 50 años de trabajo continuo con adolescentes y jóvenes ningún gobierno ha obtemperado en ofrecer ayuda, ni siquiera en facilidades mínimas para que sea exitosa esta actividad que, por sus características de ayuda a terceros, es de absoluta responsabilidad del Estado Dominicano.
