En Reflexión Por La Educación de Macondo Barahona

bhona3@gmail.comPor Luis Matos

Abogado

Luis Matos

Me he preguntado en estos últimos días. Que pasó con el proyecto de restablecer en Barahona el Sistema Monitorial, exitoso método educativo implementado en Barahona en el Colegió Experimental Fernando Arturo De Meriño (FAME)

Al informarme del regreso del psicólogo clínico Yorik Rafael Piña a Barahona, el creador de ese sistema de intervención a la escuela en donde se ofrecían, frecuentemente conferencias, deportes y en donde los estudiantes tenían la responsabilidad del buen manejo de esa casa de estudios y los maestros eran los facilitadores, no formadores ya que el Director era el responsable de esa actividad, donde se ofrecía como una materia más, la “Urbanidad  de Carreño”.

Una Comisión de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) les visitó, en una ocasión, asombrados de la calidad académica que exhibían los bachilleres egresados del FAME, para observar como funcionaba ese Centro Académico..

El tiempo está pasando y mi pueblo no responde, a los fines de empujar a las autoridades educativas a implementar este novedoso método de formación y de alta calidad académica para contribuir a una mejor forma de educar a nuestra juventud, así como orientación para los padres de los alumnos y, lógicamente,  al desarrollo de las comunidades que se van transformando día a día en una ciudad que fue reconocida hace 50 años por la capacidad que tenia, esa institución educativa, de preparar mujeres y hombres formados en valores, pujantes empresarios, excelentes técnicos y profesionales que, la gran mayoría, están insertos en el tejido socio-laboral, tanto en Barahona,  como en diferentes provincias del país y en el extranjero.

Hoy, a conocimiento de que contamos con el material humano mejor preparado para la formación de nuestros adolescentes y jóvenes descarriados, las autoridades que nos han representados y representan en la actualidad, en nada contribuyen para una reforma integral de los jóvenes descarriados

Una Comisión de la Universidad
Autónoma de Santo Domingo (UASD) les visitó, 

 Será que estamos apostando al deterioro total de la sociedad barahonera y de esta forma se les haría más fácil  a los políticos hacer sus actividades  para beneficio personal.

Barahona está a tiempo de reiniciar el Sistema Monitorial creando una escuela especializada con mujeres y hombres capacitados en este sistema, y frenar el despliegue de delincuencia y drogas que vive el Barahona de hoy.

  Contamos con los locales apropiados para esta reapertura de esperanza a una comunidad en progreso que solo necesita de hombres y mujeres de buena voluntad para hacerlo.

Al día de hoy, está en desuso el edificio donde funcionaba el centro UASD, el viejo casino de Barahona o el local donde se instaló el mismo Centro Universitario localizado en Riocito, por mencionar algunos de los locales en desuso que posee nuestra provincia.

  O nos empoderamos los que amamos a Barahona o dejamos que siga siendo el campo de Batalla de estos vándalos generados por los partidos que nos han gobernado después de la muerte, de TRUJILLO.

Si no se organiza el plan piloto del Sistema Monitorial, en donde los participantes terminen la educación media con cierto nivel de preparación técnica, vamos camino al fracaso como provincia y a la deformación ciudadana, donde los hombres progresistas tendrán que abandonar la ciudad como sucedidos en los años 60, cuando los comerciantes barahoneros emigraron a la capital y Santiago.

¿Queremos un Barahona estable o una ciudad sin dirección?

  O vamos a esperar que ya el material humano desaparezca por el tiempo.

Yorik R. Piña

Este material tiene el nombre de Yorik Piña, aún vigente en la sociedad barahonera quien actualmente, como psicólogo clínico, aplica el “Programa De Reeducación Para Jóvenes Traviesos” a 45 muchachos, 9 de ellos sanos, pero sin dirección y otros que atracan, engañan, mienten, consumen drogas y han mantenido a la sociedad barahonera en zozobra por muchos años.

 Hace 4 años existía una banda de 8 jóvenes, en los alrededores del Parque Central que entraban a cualquier hora de la noche y del día a los negocios de los alrededores y, trabajando en silencio, esos 8 dejaron atrás sus actos delictivos.