viernes, 21 de noviembre de 2025

La adolescencia como etapa de impulso y arrojo

 La adolescencia constituye una etapa caracterizada por un marcado impulso hacia la acción y una tendencia al arrojo. De acuerdo con Erik H. Erikson (1968), se trata de la fase del desarrollo psicosocial en la que predomina la búsqueda de identidad frente a la confusión de roles, lo que predispone al adolescente a definirse a partir de causas o ideales que le otorguen sentido y pertenencia. 

En este contexto, las figuras significativas, protectores, líderes, docentes o referentes admirados, ejercen una influencia determinante en la construcción del yo. Cuando estas figuras motivan al adolescente a comprometerse con una causa, sea esta prosocial o antisocial, el joven suele hacerlo con gran entusiasmo y entrega, a menudo sin un análisis crítico de las consecuencias. Este patrón responde a factores neurobiológicos y psicosociales. 

La corteza prefrontal, responsable de la autorregulación, el juicio y la planificación, aún se encuentra en maduración durante la adolescencia, mientras que el sistema límbico donde se procesan las emociones, motivaciones, memoria emocional y conducta dirigida; así como los circuitos dopaminérgicos, vinculados a la recompensa y la motivación, presentan una hiperactivación relativa. (Casey, Jones & Hare, 2008; Steinberg, 2005).

 En el ámbito latinoamericano, diversos autores han señalado que este ímpetu adolescente puede ser canalizado tanto hacia la construcción de ciudadanía como hacia conductas de riesgo, dependiendo de la calidad del entorno relacional. González Rey (2009) subraya la importancia del reconocimiento afectivo en la configuración de la identidad, mientras que Krauskopf (1999) advierte que la ausencia de referentes protectores favorece la adhesión acrítica a modelos negativos.

 De este modo, la disposición adolescente a actuar con vehemencia frente a causas externas puede entenderse como la confluencia de tres dimensiones: (1) la necesidad psicosocial de identidad y validación, (2) la influencia modeladora de referentes significativos y (3) la asincronía en la maduración entre los sistemas emocionales y ejecutivos del cerebro.

 Este marco explicativo resulta esencial para comprender por qué la adolescencia constituye un período de especial vulnerabilidad frente a la adopción de conductas de riesgo. La misma energía que impulsa al joven a comprometerse con causas nobles y constructivas puede, en ausencia de orientación adecuada, derivar en la adhesión a modelos negativos que facilitan trayectorias delictivas o comportamientos socialmente desadaptativos.

En este sentido, la prevención del delito no debe entenderse únicamente como la represión de actos ilícitos consumados, sino como la anticipación de aquellos procesos psicosociales que predisponen al adolescente a conductas inadecuadas. Evitar el desarrollo de pautas desadaptativas requiere reconocer la importancia de la identidad en construcción, fortalecer la presencia de figuras protectoras y crear entornos de acompañamiento que canalicen de forma positiva la búsqueda de pertenencia y validación. 

La corteza prefrontal, responsable de la autorregulación, el juicio y la planificación, aún se encuentra en maduración durante la adolescencia, mientras que el sistema límbico donde se procesan las emociones, motivaciones, memoria emocional y conducta dirigida; así como los circuitos dopaminérgicos, vinculados a la recompensa y la motivación, presentan una hiperactivación relativa. (Casey, Jones & Hare, 2008; Steinberg, 2005).

Es de gran dificultad para una sociedad cuando ni el Estado ni la sociedad en general, son capaces de presentar a los jóvenes proyectos viables en los que puedan desarrollar sus habilidades, su oficio, su profesión. (Piña Yorik R., Y Ahora Qué? Pag. 58

La “ausencia de promesa” sucede cuando el Estado no organiza con estadísticas y proyectos, al muy largo plazo, puestos de trabajo, y oportunidades de cualquier tipo, a los jóvenes que se preparan para desempeñar su papel en la comunidad y lograr desarrollar las habilidades que aprendieron en la etapa anterior (laboriosidad-inferioridad.

A continuación colocamos un video, en donde se entrevistan a dos jóvenes que estuvieron privados de libertad en un centro de correción. Estamos de acuerdo con las explicaciones que ofrecen del porque de la violencia, dentro del recintos de correción. Este artículo que forma  departe de una de mis obras, explica de una manera científica, los c onceptos que ellos argujyen.

La Fundación Amigos del Mundo Inc. ha formulado un proyecto que tiene en cuenta esos argumentos. Aqui el video:

https://www.youtube.com/watch?v=9l3gNCcT0R8


Nota. El Programa de Reeducación para Jóvenes Traviesos (adolescentes en conflicto con la ley penal) ha sido suspendido desde hace un año. Es un programa muy costoso. La sociedad y mucho menos el Estado ha respondido nuestra llamada de auxilio para continuar con ese programa. Solo ofrecemos PROCRECER, el programa de formación en valores a adolescentes y jóvenes que no tienen una correcta dirección de hogar por lo que son provclives a tomar caminos equivocados.



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