Por Luis E. Matos
Coordinador General De Barahona3
El título de este artículo expresa, claramente, lo que algunos consideran que es el esfuerzo que estamos realizando los barahoneros que sí creemos en nuestra condición de dueños de los 60 metros que nos otorga la Constitución Dominicana, en relación al caso de la apropiación por particulares de la playa de Las Saladillas.
Esperamos el apoyo de la diáspora barahonera residente en la Capital Dominicana. No les hemos sentido. No han hecho de conocimiento público el mismo interés, de los que vivimos fuera del país, de reconquistar la playa que ha sido orgullo en tantos momentos de nuestras vidas.
Ahora, recordemos a nuestro natal pueblo de Barahona, después de la salida hacia otros pueblos y países, de tantos compueblanos, enriquecidos con una buena formación académica. Estamos conscientes de que muchos de ellos han logrado apoderarse de una respetada ubicación económica y profesional; pero no han mostrado ningún interés por la rehabilitación del lugar que sirvió de marco para su desarrollo en el momento más importante de la vida de un ser humano: la adolescencia.
Nos mantenemos como los forasteros voluntarios. Incriminamos al pueblo antes de ayudarle en su desarrollo. Auxiliemos nuestro Barahona como lo hacen los demás hermanos de las diferentes culturas que viven fuera de su amado terruño, contribuyendo al desarrollo económico y social para un mejor sostenimiento de la cultura y educación de las generaciones emergentes.
Reflexionando en un párrafo de la obra “Eran Otros Los Hombres Y Otros Los Tiempos, de la autoría del Ing. Gustavo Adolfo Tavárez Rodríguez, se puede entender que, realmente, eran otros los hombres. En esa obra se habla del hombre Mono de Barahona personaje que, más adelante, conocimos con el apodo de Muñiña o el primer competidor en levantamiento de pesas, el siempre recordado Rafael Pineda, reconocidos por las siguientes generaciones como pintor y locutor, respectivamente. La obra a la que hemos hecho referencia nos ayudó a recordar aquellos personajes que un día fueron ejemplo para niños que, hoy, son los hombres del presente.
Esos niños de antaño, los hombre de hoy, escucharon a sus padres hablar del hermoso balneario Las Saladillas. Algunos, quizás, no tuvieron la oportunidad de sumergirse en sus azules aguas; pero sí sus progenitores. Ese símbolo del barahonerismo está abandonado por las autoridades. Es una necesidad que nos enfoquemos en el rescate de lo que ha sido patrimonio de nuestros ancestros: Las Saladillas.
Nos llena de nostalgia que por tanto tiempo hayamos permitido que unos malos barahoneros nos quieran despojar de lo que es de todos para el lucro de unos cuantos.
Como no recordar los jicacos y los dátiles de esta hermosa playa que luego, unos malos barahoneros, vendieron a particulares, sin importarles que ese lugar es patrimonio del pueblo de Barahna. Nos están despojando de las bellezas naturales del pueblo por lo que tenemos que esforzarnos por la educación de los niños y empoderarlos de los íconos de los que somos orgullosos para que aprendan a defender lo que es un bien común.
Si en algún momento queremos poner de manifiesto por que luchar por Las Saladillas, expresaremos con mucho orgullo que ahí se detiene el tiempo para darle paso a los grandes amores e ilusiones de juventud que abrigan esas blancas arenas. Por los hombres y mujeres que mantuvieron la grandeza de compartir amor cariño y sueños en las noches de luna llena o a la luz del radiante sol tropical, durante toda la vida.
No nos oponemos a que se desarrollen los grandes proyectos turísticos de la región, todo los contrario, estaríamos en la mejor disposición de apoyar dicha empresa como lo han hecho las demás regiones del país; pero en ninguno de esos lugares se le ha mutilado al pueblo el pulmón de expansión que por toda una vida se le ha reconocido como propiedad pública.
Este es el caso que nos está sucediendo a nosotros los barahoneros donde un pequeño grupo que no se sabe, a ciencia cierta, cómo lograron titularse de esa propiedad, nos están imposibilitando el uso que, toda una vida, se le ha dado a Las Saladillas, el balneario por excelencia de los barahoneros.
El Cabildo de Barahona debería de hacer valer las leyes establecidas y obligar, a los que se auto determinan propietarios de esa tierra, el desmonte correspondiente para que así los transeúntes puedan disfrutar de la vista panorámica que ha sido la hermosura de las Saladillas. Porque no?. Si se determina que los supuestos dueños no cumplen con la obligación de mantener la limpieza del lugar, proceder en consecuencia. Hay que rescatar esa playa para disfrute del pueblo. Tenemos que reconocer que ya Las Saladillas está dentro del área urbana del pueblo de Barahona.
Es lamentable que sólo unos pocos de los compueblanos expresen su sentir sobre lo que está pasando con nuestra playa.
Ahora bien, el 29 de este mes de mayo del 2011, estamos convocados, todos, a participar de la primera marcha libre y pacífica hacia el objetivo de todo un pueblo: el recate de la playa Las Saladillas. Es una reivindicación del pueblo de Barahona.
Es tiempo de que los medios de información contribuyan promoviendo esta inquietud de los buenos barahoneros para que esta marcha logre los resultados que esperamos. Esperamos, además, el apoyo de las diásporas de hermanos que residen en playas lejanas y, de esta manera, asegurar el mantenimiento de este patrimonio del pueblo de Barahona, hoy mañana y por siempre.
Que nuestros hijos conozcan cuales eran nuestras costumbres, donde aliviábamos nuestras penas y disfrutábamos nuestras alegrías. Por ese lugar estamos luchando hoy, en donde celebrábamos competencias de todo tipo y, en donde tantos hijos de Barahona, comenzaron un sano desarrollo físico y espiritual, formando hombres de bien para el logro de un mejor pueblo que, por generaciones, ha demostrado un alto nivel de educación y formación. Muestra de ello es la gran cantidad de profesionales, paridos por Barahona, que están ligados al desarrollo de la República Dominicana.
Mi pregunta es? Por qué no dar apoyo a la marcha por Saladillas. Es Justo? Es Injusto?; Es bueno? Es malo? Si hacemos este juicio de valor, recordando nuestros años mozos, pienso que la marcha será todo un éxito.
Dios nos brinda esta oportunidad de demostrar que somos hijos de un pueblo que tanto nos ha dado sin esperanza de ser recompensado y el único esfuerzo que espera es el apoyo a una justa marcha por la reconquista de su playa natural.
Que el camino sea la conquista de lo que nos hemos propuesto. Si las autoridades no actúan, por temor a enfrentar a los poderosos de turno, entonces los buenos barahoneros pensaremos que nos hemos equivocado ofreciendo el poder a las personas equivocadas. Que Dios les bendiga a todos.
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