Si después
de la consejería u orientación recibida, el malestar psicológico continúa,
entonces es hora de visitar a un profesional de la conducta. El profesional de la conducta no
ofrece consejos ni orientación, aplica métodos terapéuticos para la remisión de
lo que, posiblemente, sea un trastorno mental.
El terapeuta no da consejo. La terapia consiste en acompañar al paciente a transitar por las vías necesarias para que descubra las causas de su padecimiento y como debe afrontarlo. Sin el terapeuta no es posible lograrlo.
Para hacerlo de la manera correcta, el terapeuta, en las primeras tres sesiones, tendrá un diagnóstico, a partir de este, acompañará al paciente, durante toda la terapia.
En muchos
casos, los familiares de los pacientes, indican que “Se curó solo. El mismo
descubrió su problema y puso en marcha la manera de cómo salir de eso”.
Quienes así
se expresan ignoran en que consiste la terapia. No es posible la remisión del
trastorno sin un diagnóstico adecuado y es, el profesional de la conducta,
quien está capacitado para diagnosticar. Sin un buen diagnóstico, nunca habrá
remisión.
Las primeras tres sesiones en la consulta del psicólogo es para preparar el diagnóstico. Se necesitan un mínimo de otras siete sesiones para la remisión de la enfermedad.
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