Por: Justo Luperón
Se está acercando
veloz el tiempo inexorable que nos llama cual clarín a la cita con las luchas
irredentas del
combate inminente por la tranquilidad de nuestra comunidad de golpeados
ciudadanos
Este es un
encuentro singular que convoca a los alborozados hijos e hijas de la
"Perla del Sur': de Rep. Dominicana, Barahona. Su ciudad Larimar, bendecida con el sagrado
nombre de "Santa Cruz de Barahona".
Nos estamos
refiriendo a "Las Fiestas Patronales Barahona NY" que todos los años
desde hace ya pasados cuatro, hemos venido desarrollando en esta ciudad de New
York, donde se dan cita oriundos de esas comarcas que conforman la provincia
del sur que se nos antoja llamar, la capital de ese sur que espera salir de su
letargo y en alguna ocasión ir de mano con el progreso y tener a La Gloria de
compañera. Esto traducido en un
"Mejor Vivir". Sin asesinatos
provocados por los asaltos que de ruifianes aprendidos a la impunidad se
enseñorean por nuestras calles, barrios y comarcas allegadas al casco de la
misma ciudad.
No se que estarán
pensando las autoridades obligadas. Pero
es justo destacar que en estas esfemérides por venir, deseamos sentir la salud
espiritual en nuestra sociedad y en los hijos todos de Barahonra, el sosiego; la paz , pasada corona de
generaciones múltiple, que la actual, ésta presente, debe disfrutar a plenitud;
igual nosotros disfrutamos.
Estamos implorando
el término de los sobresaltos. el
secuestro de la tranquilidad de familias condenadas a la reclusión por la
impotencia de sus fuerzas. No tienen
quien les proteja en su abandonada suerte.
Parece que de algún modo, se pudo escapar los males de la "Caja de
Pandora" y se regaran éstos por las calles y rincones todos, de un pueblo
otrora vibrante, enégico y audaz. Hoy
vilipendiado y traumado.
Las Fiestas
Patronales de Barahona, en esta versión,
es un canto a la tranquilidad de
Barahona. Dejaremos correr por todo el
mes de octubre eventos por la paz
y el sociego de la familia de Barahona.
Estaremos haciendo un trabajo en pos de la unidad a estos elementos
indispensables para armarnos del
coraje que nunca se ha perdido; solo que está dormido, momentáneamente
Habremos de despertarlo. Y recurriremos a todos lo no imaginable con
ese caro propósito. Pero de que los
malandros se tienen que recoger. Óigase,
por la mismísima Cruz que nos cobija, eso se tendrá que resolver. Pero es ya.
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