Por Luis Matos
Coordinador de Barahona 3
New York
Por qué los pueblos inducidos a la corrupción por políticos ambiciosos, no determinan por la recuperación ideológica a las masas que le dan la oportunidad de dirigirles. Simplemente el ego personal de mantenerse en el poder absoluto le obliga a corromper a los seleccionados por ellos para dirigir carteras del Estado.
Si dentro del sistema de autoridad
del Estado, se colocaran hombres políticos apartidistas o los políticos partidistas tuvieran interés en
la Nación y no en asegurar una estabilidad económica individual, nuestro pueblo
estuviera situado en una posición de
garantía ciudadana con calidad de superación para el conglomerado de
dominicanos que ha parido la Tierra de DUARTE, SANCHEZ, Y MELLA.
Lamentable la
desgracia donde vamos arribando por la violaciones constantes a que se ha
sometido nuestra Constitución por los defectos y malas prácticas de hombres
ambiciosos rodeados de gusanos que alimentan un ego delimitado en hombres que,
en sus inicios políticos mostraron ser dominicanos y pro dominicanos.
Hoy notamos las verdaderas personas
que fueron y son, sin importar las necesidades de nuestro pueblo. Traición los
fundamentos de la nación. Se conjugan
con grupos que no tienen interés alguno en preservar nuestra identidad
dominicana, nacida en el sacrificio de tanta sangre e integridad patriótica.
Sangre de un pueblo sacrificado por intereses económicos desde su formación.
En nuestra carta magna, que ha
recibido violación tras violación, ya no tenemos confianza de los que en ella,
con sello de sangre y amor a la dominicanidad, se plasmó. El abuso constante
nos tiene al borde de la desintegración para pasar a una cultura que, desde su
arribo a la tierra Quisqueyana nos desplazaron en acción y numero.
Aún tenemos la presencia y nos
quieren obligar a cargar con un compromiso de la iglesia católica y el poder
del Padre Las Casas, a quien se le debe la brillante idea de acarrear a los
Nativos de Senegal a Quisqueya con fines de continuar su explotación a la isla.
Después de la desaparición del ex presidente
Balaguer, por no irnos más allá de donde sí se comenzó a reconocer al
dominicano como tal, vamos siendo pasivos a una invasión que desplaza a
nuestros hermanos hijos y allegados sin oportunidades a continuar siendo los
dominicanos progresistas de la región.
Como nuestro actual presidente,
impone su voluntad sobre la Constitución de la Nación, nuestro Tribunal
Constitucional, dicta la sentencia 168/13 con la legalidad que le corresponde
como Nación. Nuestro presidente, en contubernio con grupos que han mantenido
por siempre la desintegración de la dominicanidad dirigido por una de las
familias más poderosa de USA,
públicamente reconocido enemigo de Republica Dominicana. La Familia Kennedy, quienes
han enfrentado nuestros derechos en todos los tribunales internacionales en
contra de nuestra soberanía ante Haití. Notamos la complacencia del presidente
Danilo Medina, imponiendo su voluntad de hombre sobre la voluntad de un pueblo
por contar con los representantes corruptos que le complacen para garantizar su
estada en el poder.
El Presidente impone su fuerza con el
decreto 169/14 para invadir la nación dominicana en complacencia de naciones
que menosprecian la presencia de los nacionales haitianos en sus respetivos
territorios.
Nos están deforestando los bosques
tal como hicieron a los bosques que un día tuvieron, a la vista de las
autoridades y se empoderan de nuestra frontera sin que el mandatario haga nada
para estabilizar nuestro derecho a ser y vivir libre sin la interferencia de
nación alguna en la República de Duarte.
La Constitución Dominicana en su
artículo 9 establece que. El Territorio de la Republica
Dominicana es inalienable.
Debemos preguntarnos si en verdad el presupuestos dominicano se ejecuta de la
misma forma que fue establecida por el legislativo dominicano en sus
deliberaciones o se maneja voluntaria y medalaganariamente por los funcionarios de mayor jerarquía en el Estado en beneficio
de provincias allegadas a ellos y donde puedan obtener mayores recursos
económicos a favor de sus interéses.
