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Lic. Luis Matos
Coordinador General De Barahona 3 |
Por Luis Matos
El Dr. Kelly es un orgullo de nuestro amado Barahona. Recientemente, regresando de mi terruño, me llegó a la “jícara”, aquel gran orgullo que sentíamos los barahoneros de decir: soy barahonero.
Y… pregunto ¿Dónde están ellos, ahora?. ¿Qué le ha pasado a esos orgullosos hombres que desarrollaron sus habilidades en un pueblo tan culto y dinámico como el nuestro.
Sin querer hundirme en el recuerdo que nos muestra la realidad de los jóvenes dinámicos y orgullosos de su Barahona que ya se marcharon, sin que mantengan su profunda mirada al horizonte, signo del deseo de algún día regresar.
Que mal tan grande les hizo nuestra madre moribunda que, ya fatigada de darnos y sin la esperanza de nunca recibir, languidece en el tiempo notando el abandono de los que tanto amó y a muchos de ellos les facilitó la vía para hacerles hombres con notoriedad social.
Ayer fueron niños que la madre Barahona brindó cariño, diversión y amor. Formándoles, al través de sus entidades privadas y gubernamentales para un futuro promisorio. Son los connotados facultos paridos por nuestro pueblo que ahora son capaces de erigir el sable de la intelectualidad, aquellos que, de pronto, son superiores a los que actualmente son protegidos por la anciana madre y que, por los tantos valores adquiridos, tanto en Barahona como en las sociedades en donde iniciaron a desarrollar lo aprendido en su lar nativo.
De esa Generación de hombres educados y formados en este pasado próximo es el Dr. Kelly uno de los pocos que mantiene y con toda seguridad seguirá manteniendo orgullo barahonero.
Reconocer el gran esfuerzo que realiza el Dr., Kelly en su natal Batey Central, hoy Villa Central es dar honor a quien honor merece. El orgullo de ser barahonero que aun mantiene en las profundidades de su ser es lo que nos hace preguntar ¿dónde están los otros que salieron de Barahona con el triunfo ya en la manos o en pos de conseguirlo por la formación y educación recibida por las instituciones y entidades que su orgullosa madre mantiene para beneficio de todos sus hijos.
Hemos demostrado que somos indiferentes y olvidamos lo más sagrado que tenemos: rendir tributo a nuestro pasado, nuestra cultura, nuestra historia para mejorar como pueblo y como país. Muchos de nosotros padecemos de una amnesia oportunista que sólo vemos el tronco de nuestra nariz, mostrando indolencia cuando “la anciana pide medicina” para prolongar sus atenciones a los hijos que ya suplantan aquellas generaciones que en el olvido dejan a mamá sin inmutarse al verla morir.
¿Dónde están los Barahoneros que tanto orgullo mostraron al partir para a superar sus metas? ¿Por qué olvidar la “anciana” que le proporcionó, a tantos, los valores que necesitaban para el triunfo como seres humanos realizados. Mi grito de dolor es que nuestra madre se nos atrasa por las necesidades en un mundo globalizado, un mundo de informática y niveles tecnológicos que no podemos enfrentar por falta de preparación educativa debido ala indolencia de los hijos de Barahona que han alcanzado puestos importantes a todos los niveles y no han tendido presente llevar modernidad a la madre para que sus nuevos hijos puedan lograr ser competitivos en este mundo tecnológico.
Barahona necesita de esos hombres y mujeres que un día preparó para poder salir adelante.