jueves, 6 de diciembre de 2012

MIGUEL BRILLA BRILLE (MIGUEL LA PONZOÑA)

Por Alfredo Ferreras

ANCESTRAL  ROBLE  DE SOMBRA  INFINITA RECOGE SUS RAMAS, Y SE LLEVA AL SEPULCRO SECRETOS Y VERDADES SIN LOS CUALES LA HISTORIA DEL SIGLO XX BARAHONERO SIEMPRE QUEDARÁ INCONCLUSA
SU NOMBRE:
MIGUEL BRILLA BRILLE 
(MIGUEL LA PONZOÑA)
 
IMPORTANTE ACLARACIÓN INICIAL
Alfredo Ferreras
Pido a Miguel excusa póstuma, por la despectiva aclaración que hago de su nombre; pero es la forma que mi Barahona – hostil y cruel a veces con quien no debe serlo- lo identifica. Miguel siempre disfrutó mi supremo y particular respeto y el de toda mi familia. (fin de la nota).
 
Desde que tengo uso de razón conocí a Miguel. Era y es parte muy importante y estimada de la familia OLIVERO- BERROA; vivía con ellos. Su residencia familiar estaba contigua a la frontera oeste del hospital “Jaime Mota” (aún permanece la casa) y casi al frente de mi casa materna. Reitero, la familia Ferreras le profesó a Miguel inefable  amor y entrañable respeto.
 
Para muchos, hablar de este Miguel  es hablar de alguien que cursó sus mejores años en las aulas de aquella Barahona bucólica y cosmopolita que tenía al Rivadavia como ALMA MÁTER.
 
Para otros, hablar de ese Miguel es referirse a alguien bajo cuya sombra y cuidados nacieron los tres vástagos de don Daniel Olivero y doña Angélica Berroa: Dr. Luis Olivero (epd), Danilo y Francia. Alguien que pasó muchísimos años bajo el escrutinio de Miguel, fue IRENO  (el mismo malogrado en duelo mortal con Niño Santó  en plena Guerra de Abril). Ireno era hijo de crianza de Daniel y doña Angélica. Vivía en casa de ellos, y también su hermoso y grande perro negro.

Miguel Brilla Brille era hermano paterno de  una gran estirpe de barahoneros: Toñito, Manolín, Panchín y Zaida (la esposa de Víctor Lagares). Falleció con 101 años cumplidos y es una verdadera lástima, que en los últimos años, en ese BON de historias que se redactan motivadas en el milagro cibernético, ningún historiador ni “historiador” barahonero se interesara en esta fuente inestimable.  Sustento lo afirmado. 

Algunas son de alto riesgo, pero van:  
a) Nadie mejor que Miguel,  en toda la República Dominicana,  podía aportar detalles tan coherentes y  tan irrefutables acerca de la verdadera paternidad de un ex -presidente dominicano.
 
b) Quién mejor que Miguel  conocía el carácter  y consecuencias (casi siempre positivas) de la amistad, profunda amistad de Trujillo y María Yapour.

c) Miguel  conoció a María Montez, podía referirse a ella como una coterránea más; pero fue una fuente ignorada por los organizadores del famoso y privatizado CENTENARIO.
 
En síntesis, Miguel vivió con el siglo XX barahonero; y lo vivió tomado de las manos.
 
Regresé a mi país y a mi pueblo hace aproximadamente un año. Estando ausente, Miguel arribó a los años de vida; por tanto, una de mis prioridades al llegar a Barahona era hacer contacto con Miguel; y así lo hice: Lo busqué y localicé, en la calle Cambronal, muy cerca del parque de Los Suero. Aquella tarde estaba él donde una familia amiga, ésa familia puede tal testimonio del inmenso amor emanado de ese inolvidable encuentro. Hablamos algo de esa historia fascinante aún no escrita, quedamos de seguir conversando; pero se hizo tarde.
 
Miguel ha partido, falleció en la ciudad capital, y en la ciudad capital será sepultado. Al momento de su partida no le conocimos descendencia; pero una multitud de hombres y mujeres a quien él vio crecer, lo consideramos como verdaderamente padre, por sus cuidados, su incansable solidaridad, por las tantas veces que consoló y confortó familias que vieron partir sus cabezas, porque sus manos siempre estuvieron extendidas sin esperar; por su prudencia, por la separación de planos que supo hacer, por la dignidad conque vivió sus últimos 50 años (los que yo conocí. Suficientes para avalar mis juicios). Recuerdo, con profunda mezcla de gratitud y tristeza, que es precisamente Miguel quien cierra los ojos de mi madre (doña Oliva) aquel tristísimo 23-sept-86, cuando depositó su espíritu en alas de eternidad.
 
Yo no soy historiador, periodista ni investigador; solamente un barahonero con una particular y casi excéntrica manera de percibir las cosas. Me atrevo a escribir respecto algún evento, cuando percibo que corre el riesgo de pasar desapercibido o; también escribo, en situaciones muy especiales. Por ejemplo: Cuando me harto e indigesto de ver A LA MENTIRA EN EL TRONO Y LA VERDAD EN EL PATÍBULO.
 
Hoy, Miguel se nos ha anticipado en ese viaje  que no tiene retorno; inevitablemente, otros le seguiremos y, recordando la conocida frase de Rodriguito, en su narrativa de tragedias “El INFORMADOR POLICÍACO”: Y “LA VIDA SIGUE SU AGITADO CURSO”.  Entre esos a quienes la vida arrastrará en su agitado curso, aún quedan hombres y mujeres centenarios, que atesoran mosaicos con los cuales completar importantes cuadros históricos; por tanto, sirva este partida como un replanteamiento de la búsqueda y construcción de lo que es enteramente nuestro: LA HISTORIA DE NUESTRA PUEBLO.
 
DESCANSA EN PAZ, MIGUEL.
TE RECORDAREMOS CON EL AMOR, EL RESPETO Y LA DIGNIDAD QUE DE TI MISMO APRENDIMOS.
 
En nombre de muchos,
Alfredo Ferreras.

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