Por: Carlos J. Vidal Lassis
Carlos J. Vidal Lassis |
¿Estamos fallándonos? ¿Actuando como sujetos, no como
ciudadanos? ¿Ya no creemos que podemos hacer lo correcto por nosotros mismos?
No somos mejores ni peores que otros pero lo excepcional
de los dominicanos es nuestra gran capacidad de auto corrección.
Se ha estado queriéndonos hacer creer lo contrario para
manipularnos mejor.
Los culpables son los culpables y no es nuestro interés
cobrarles ahora, todo llega en su momento.
Lo que importa en
esta coyuntura es reconocer que somos capaces de encaminar el rumbo de la
nación.
Estamos navegando en el último barco, pero es de remos y
nosotros somos los remeros, lo que quiere decir que remamos o nos hundimos.
Tenemos un capitán con evidente capacidad y voluntad de
“servirle al pueblo”, con la ventaja de que nos escucha y podemos contribuir e
insistirle para que tome el rumbo correcto.
El gran peligro que nos persigue y ataca esta sangrando
el alma de la democracia incipiente que tantos sacrificios nos ha costado. La
pobreza, nido del crimen en todas sus horrendas formas y la violencia, deben
ser reducidas urgentemente. Los esfuerzos posibles provenientes del nuevo
gobierno en este sentido no son suficientes. Se necesita el concurso de todos.
Tenemos la agravante de sectores empresariales,
financieros, gremiales y políticos que pretenden mantener una actitud miope de
nuestra realidad, queriendo jugarse una carta egoísta, insensata y puramente
poco inteligente de desconocimiento de las variables que intervienen en esta
circunstancia.
La atención y el accionar de todos estos sectores tienen
que urgentemente aplicar las Matemáticas.
Aplicarla requiere voluntad, de todos esos grupos
sociales, del gobierno y de cada ciudadano
particular.
Podemos y debemos responder con urgencia y con tenacidad,
debemos ganarle la carrera al barco del
caos que viene detrás del nuestro, de este que es nuestra última esperanza. Muy
pocos podríamos salvarnos nadando hasta la otra orilla, así que lo mejor es que
rememos bien y rápido.
Continúa
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