Joaquín Peláez es un sociólogo barahonero que, actualmente, reside en Baní. Es copropietario, junto a su esposa y Director Administrativo del Colegio "Las Marías".
Desde que eramos niños, nos hemos profesado una admiración mutua. Llena de mucho afecto. El me llama "mago" por mis travesuras en el arte de hipnotizar que practiqué desde que era un niño y el confiesa que nunca pude lograrlo con él y creo que con nadie. Eran libros que le caían a uno en las manos y, los adolescentes quieren incursionar en todo buscando con que oficio o profesión identificarse. Me remito a la teoría de Erik Erison que afirma que toda persona pasa en la vida por 8 crisis. La crisis que se genera en la adolescencia es en busca de identidad.
De mi parte, Joaquincito, así le llamo desde niño, no sé si por su estatura o para hacer la diferencia obligada entre su pariente don Joaquín Pelaéz y él, es poseedor de gran cantidad de valores humanos cosechados por su inteligencia superior, su capacidad de "buscarle la quinta pata al gato", es decir investigar, curiosear; sus habilidades para relacionarse con la gente (a pesar que me confesó que la edad lo ha puesto medio cascarrabias) y sobre todo, es poseedor de una gran sensibilidad social. Me recordó, hace poco tiempo, porque por la edad ya lo había olvidado, que yo le llamaba, cuando eramos adolescentes: "Cerebrito".
A raiz de que Americo Mejía publicara en su página de FB una foto en donde se recoge mi actuación como ventrílocuo en "La Voz Dominicana" en el año 59, surgió una conversación privada, entre Joaquincito y yo, que quiero hacerla pública con el permiso de "Cerebrito".
Joaquín (Cerebrito):
Si, eso es verdad; pero para mi era un Mago y sólo un MAGO endereza, a fuerza de conocimiento y entrega, la desviación que genera esta sociedad, en la juventud.
Yorik (El Mago):
Gracias Joaquín; pero si el Estado no diseña un plan para la lucha real contra la delincuencia, no hay mago que nos salve.
La lucha contra la delincuencia en este país y quizá en todos los países latino americanos es mediática. Realmente no se hace nada.
Joaquín (Cerebrito)
Claro que nos vamos a salvar. Lo que sucederá es que también vamos a sufrir las consecuencias de ese desorden organizado del sistema, que buscando ganancias, destruyen nuestras familias y en consecuencia a nuestra sociedad.
Por eso creo, que al final, cuando ya todas las puertas de la razón se hayan cerrado y el dolor fluya por cada uno de nuestros poros, entonces no quedara piedra sobre piedra y los que quedemos o queden ordenaran, si es que les queda juicioñ un nuevo orden.
Admiro tu decisión de luchar por los enfermos sociales que estas lacras instituciones generan.
Nos tienen tan confundidos que no somos capaces de entender el problema y, cuando entendamos, tenemos que actuar con firmeza para lograr rescatarlo de tan terrible situación. Y eso, mi Mago, genera mucho dolor.
Estas son unas dulcificadas explicaciones de lo que creo y de lo que también siento.
Si existiese una estructura societal que equilibrara el bien común, que la equidad fuera el norte para una sociedad mas justa, es muy problable que la delincuencia existiera en su mínima expresion; pero en una sociedad, donde el desequilbrio es la norma, creo que pocos individuos tienes que compartan estas conductas opuestas a la opulencia y dirigidas por los mercaderes de la pobreza.
Por eso aspiro a que aparezca, en el tiempo, una nueva forma de apropiación de los medios de producción que le dé otro matiz a la organización de todas las sociedades. Por eso, aborrezco a los partidos políticos que nos llevan al caos, a través del uso malversado de los recursos sociales en sentido general.
Y lo que más me duele es que nos han hecho creer que los fenómenos como el de la delincuencia, en todas sus facetas, ha sido el producto generado por las familias en particular. Hasta ese grado de alienación han sido capaces de estructurar esa visión que, por demás, es falsa y abusiva.
Gran Mago, perdone estas alucinaciones del filósofo chino Joa Quin, oriundo de Barahona.
Fin de la conversación.
Estamos absolutamente de acuerdo con el sociólogo barahonero Don Joaquín Peláez. Es la razón por lo que la Asociación Barahona 3 y la Fundación Amigos Del Mundo Inc., aún con grandes dificultades económicas estamos aplicamos el "Programa De Reeducación Para Jóvenes Traviesos" a un grupo de adolescentes y jóvenes en la ciudad de Barahona y Villa Central.
Esa tempestad social de que habla el muy bien "amueblado" sociólogo barahonero debemos evitarla. Ese baño de sangre que está siendo generado por la delincuencia y sobre todo la de cuello blanco, que es la peor, por la rabia que produce en los hombres de trabajo, debemos evitarla.
Alertamos a los hombres y mujeres de buena voluntad a hacer lo que haya que hacer para que el Estado Dominicano y sus instituciones despierten del Estado de letargía catatónica que padece y se disponga a diseñar un plan para disminuir los índices de proclividad al delito que se percibe en la sociedad dominicana en todos los estamentos sociales.
La capacidad de sorpresa se está perdiendo. Cualquier cosa que pasa en el país por grave que sea no inmuta a la gran mayoría de los ciudadanos dominicanos. Todo sigue marchando igual.
Amigos mios, cuando eso se pierde es un signo que puede llegar el ciclón social que pronostica Don Joaquín Peláez.
Nota: Fue intencional que empezamos este artículo con un poco de hilaridad. El objetivo: Que la lectura sea agradable al inicio para más adelante plantear algo, tan serio, que puede ser capaz de acabar con la tranquilidad, por mucho tiempo, de todo un pueblo que ya ha sufrido bastante y que es merecedor de paz y tranquilidad, porque los delincuentes de cuello blanco y de cuello sucio son menos que los hombres y mujeres serios de este terruño: República Dominicana.
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