Por Luis Matos
Abogado
Cuando hacemos ciertas reflexiones, concluimos que sí tenemos tiempo para de la vida servirnos, sin
tener que humillar a nadie.
El
sendero que hemos cruzado por la vida nos permite generar las ilusiones
mentales que nos hemos creado y que se desvanecen en el tiempo por faltas de oportunidades y otras muchas variables muy comunes. Esa es la
realidad. Muchas veces nos creemos
intocables y ese falso concepto nos cobra la soberbia que exhibimos todo el tiempo.
Al
despertar, día por día, me siento complacido y dispuesto a colaborar en la
protección de los que habitamos en nuestro territorio, sin diferenciar entre los
pudientes y los más necesitados entendiendo que son eventos momentáneos y que
más adelante el tiempo nos lo aclara.
Debemos sentir temor por
los que somos, jamás por los que fuimos. El despertar nos marca otra hora para
vivir y seguir ayudando en la protección de todos los que, e una manera o de otra, nos acompañan en este
tiempo.
El
que sirve de vocación, jamás recompensa espera; más que poder siempre ayudar. Parece
que no aparecen esas cualidades en muchos de los hombres barahoneros que hoy solo se
preguntan cuánto me van a pagar, inducido por un sistema social que conduce a
lo destructivo.
Una
de mis preguntas, llenas de incógnitas es: ¿Eres mejor por poseer riqueza, o
posees riquezas porque eres mejor? En verdad, no encuentro una repuesta a esta
incógnita de la vida, pero fuera del alcance de mi entendimiento, acepto la
vida como es sin variarla en lo más absoluto ya que es obra de nuestro creador
y solo Él tiene la suma inteligencia y los motivos por lo que fuimos creados a
su imagen y semejanza.
La
vida a tantos nos junta, y la implacable realidad del tiempo nos separa
sin piedad.
Viviendo
esta realidad dentro de mis amigos plegaria de humildad servir a todos en hecho
real sin protagonizar un gesto de amor.
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