martes, 8 de septiembre de 2015

Pobreza en Barahona

Por Ramón Dandrade
Los estudios mas ilustrados sobre la pobreza, es decir, sobre las carencias profundas  del ser humano, están vinculadas directamente al poco sentido de vulnerabilidad que exhibe quien la sufre.

Su extenuación y lasitud lo inhabilita para generar procesos de resistencia y recuperación. Combatir esa falta de vulnerabilidad pasa por la implementación de modelos de intervención y gobernanza grupal que combatan la exclusión, la imaginación, y la discriminación a través de un orden autogestionario de auto-realización y compromiso. Es empoderar las masas a través del empoderamiento personal.

El problema de la pobreza es que el pobre no sufre intelectualmente, reflexivamente, conscientemente, sino lo hace esencialmente en un plano familiar y personal de conocimiento, experiencia y educación.

Por esta razón la pobreza se ataca con enseñanza, con educación y no sólo enseñando a leer y escribir. Sino, a convivir para sobrevivir, es necesario la confraternidad. A partir de ahí emplazar con la protección y calidad de vida que es un derecho de todo ciudadano de un País.

Pero si los que pueden por lo menos combatir esta pobreza, padecen o se hacen los ciegos para no verla, o se hacen los mudos para callarse, y no levantar su voz para que sea oída por los que les superan o tienen medio de hacer los esfuerzos para por lo menos aliviar este flagelo humano.

Pero tampoco aún pudiendo éstos los que tienen el poder y el dinero, se les importa el panorama de los tantos jóvenes necesitados, que por una u otra razón acuden a las peores decisiones, de inmiscuirse en las drogas, libertinaje, vandalismo, delincuencia robo, asaltos donde en casi todas las ocasiones cometen actos de asesinar su víctima.

Estaríamos de acuerdos en que no quieran inmiscuirse directamente para ayudar a resolver en parte estas necesidades. Pero podrían hacerlo a través de muchos programas que se prestan desinteresadamente y con esfuerzo sobrehumano, a darle una nueva oportunidad específicamente a esos muchachos desamparado si cabe la palabra, ayudar solventar los gastos que incurren para que no haya que tirar la toalla.


La Asociación BARAHONA3, se ha dispuesto  ayudar, desde hace unos años a esos jóvenes, no pide, porque nunca lo ha hecho, ni ha solicitado dádiva a nadie, solo algunos barahoneros residentes en New York y algunos  en la República Dominicana, han ofrecido, espontáneamente su contribución por el tiempo y la cantidad que han podido. 

Les hacemos un llamado, específicamente en Barahona, a las instituciones del Gobierno y privadas, así como al  pueblo en General a que tomen en cuenta el trabajo que se está realizando para ayudar a dirigir por un mejor camino a esos jóvenes que son el futuro del País.   

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