Fuente EL BIRAN NY
Virgilio Gautreaux Piñeiro
Por: Virgilio Gautreaux P.
El Maestro Ramón Oviedo nace el 7 de Febrero de 1927 en la ciudad de Barahona. Fueron sus padres Luis Santiago Oviedo Patiño y Ana Rosa Herasme Lugo. Nuestro pintor contrae matrimonio con la Señora Guillermina Colón en 1943. La pareja se muda en la calle Caracas en el Sector Villa Francisca, donde nacen sus siete hijos, tres hembras y cuatro varones: Aracelis, Mayra, Thamara, Rafael, Ramón, Carlos y Raúl.
Oviedo a mediados de los años cincuenta llegaba desde el Instituto Geográfico militar en bicicleta a su casa de la calle Caracas en la barriada de Villa Francisca. Su esposa y los tres primeros hijos lo esperaban en los bancos que estaban ubicados en la isleta de la hoy Avenida Duarte. Él los llevaba a comer helados. El tierno padre Ramón otras veces compraba en un restaurant chino a sus chicos pedazos de Tórtola (Pai de crema con ciruelas), que éstos disfrutaban.
El padre de Oviedo-Don Luis Santiago Ovieo Patiño-era un excelente dibujante que trabajaba en el Instituto Cartográfico Militar-ICM donde le consiguió un nombramiento a su hijo, que ya era un buen dibujante. En dicha institución Ramón perfeccionó sus habilidades dibujando mapas utilizando fotos, planos cartográficos a diferentes escalas, lupas, etc. La mayoría de los mapas nacionales de mediados de la década del cincuenta, eran de la autoría de los Oviedo.
Luis Oviedo Herasme-hermano del Maestro Oviedo-exhibía habilidades con el pincel, pero era extremadamente perfeccionista, actitud que le observaba su padres Don Santiago Oviedo. Luis no se dedicó a la pintura, dos de sus hijos fueron pintores de cierto éxito. Uno de ellos-Renso-actualmente está bien posicionado.
En 1954 el ICM envía a Ramón Oviedo a Panamá a realizar un curso de cartografía a la Zona del Canal. Tan pronto comienzan las clases los profesores se percatan de la experiencia mostrada por el dominicano manejando planos, instrumentos y la buena calidad de sus trabajos. Termina siendo el mejor estudiante y como ayudante de algunos instructores.
Oviedo al mismo tempo que trabajaba en el Instituto Cartográfico Militar, realizaba trabajos de publicidad, a la vez que se iniciaba dibujando grabados en las Ferias de la Paz y Ganadera. También hacía terminación de trabajos de diseño, dibujos y planos a estudiantes de Arquitectura e Ingeniería.
El futuro Maestro consigue empleo como Director de Creatividad en la publicitaria de Brinio Rafael Díaz y más adelante deja de laborar en el ICM. Comienza así a realizar trabajos que requieren calidad, originalidad y ser llamativos para el público.
Oviedo se desplazaba en bicicleta a su trabajo y sus labores fuera de oficina. Posteriormente con cierta mejoría adquiere una motocicleta Vespa, lo cual hizo más cómodas sus travesías diarias. La publicitaria FENIX utilizaba un pequeño Toyota Corolla para trasladar a su Director de Creatividad. Más adelante Oviedo compró dicho vehículo el cual utilizó durante muchos años.
Con el paso del tiempo mejoró su situación económica y compró su primer vehículo de la marca Honda, el cual-por supuesto-era de medio uso. Luego adquirió otros modelos de la misma compañía: Civic, Accord, Prelude y otros. Más adelante comenzó a comprarlos nuevos o adquirirlos mediante sistemas de canjes.
Es bueno resaltar que residiendo ya en el Ensanche Alma Rosa-donde vivió por varias décadas-en el año 2001, unos asaltantes armados lo despojaron de un vehículo nuevo.
Durante la Dictadura de Trujillo Ramón Oviedo mantuvo un bajo perfil político para preservar la seguridad de su familia, a pesar de que ocasionalmente conversaba con amigos sobre la penosa situación del pueblo dominicano. Algunos conocidos fueron apresados. Una nota jocosa que mencionaba es que en una ocasión se abrió un concurso infantil estudiantil de dibujo y fueron a buscarlo compulsivamente al Instituto Cartográfico y lo llevaron a la Casa de Caoba de Trujillo en San Cristóbal, donde permaneció confinado haciendo dos dibujos. Pasó tres o cuatro días consumiendo pocos alimentos. Al final, los niños “ganadores” del concurso, fueron Angelita y Radhamés Trujillo, hijos del Tirano !!
Ajusticiado el Sátrapa el 30 de Mayo de 1961, nuestro país se abrió al mundo. Las férreas cadenas que por 31 largos años aprisionaron al pueblo, saltaron en mil pedazos. Flotaban aires de libertad de pensamiento, de movilidad laboral, de conocer lo que pasaba en el resto del mundo, de viajar a otros países, ver revistas y periódicos de arte y literatura anteriormente prohibidos por la Dictadura. Prevalecían también fuertes confrontaciones políticas propias de un proceso de transición desde una dictadura, hacia una democracia.
Estos atropellados acontecimientos políticos, económicos y sociales, impactaron fuertemente la generación del Maestro Oviedo. Él ya liberado del “pensamiento único” que imponía Trujillo, al igual que otros artistas en ciernes, dio rienda suelta a sus pensamientos y su creatividad. Todo un abanico de oportunidades se abrió a sus pies y él estaba listo para aprovecharlas.
Realizaba sus trabajos publicitarios y dibujaba caricaturas para periódicos y revistas. Cuando salió la revista Ahora le enviaba con su hijo Ramón las caricaturas a la oficina del Director de dicha publicación, el Dr Rafael Molina Morillo, entonces ubicada cerca del Parque Colón.
Como hombre liberal contrario a los abusos, tan pronto estalla la Guerra de Abril de 1965 se incorpora activamente al movimiento constitucionalista siendo una figura destacada del Frente Cultural. Combinó excelentemente sus habilidades artísticas con sus conocimientos de publicidad y comunicación de masas, elaborando dibujos, carteles y lienzos de carácter patriótico, algunos de los cuales tuvieron proyección nacional y en el exterior. Su aporte al proceso revolucionario, se completó con la presencia de sus dos hijos mayores-Rafael y Ramón- como combatientes.
Para principios de los años setenta el Maestro Oviedo formaba parte de una especie de Peña de pintores quienes contertuliaban y tomaban café. Luego se dirigían a las ruinas del Monasterio de San Francisco donde cada uno seleccionaba un lugar donde pintar.
Oviedo-conforme a los dos hijos que entrevisté-era un poco callado. Hablaba en voz baja. Era pacífico. No peleaba. Nunca subía el tono. Era muy solidario. Con frecuencia instruía a su hijo Ramón para que retirara cierta cantidad de dinero y hacía un recorrido por la capital entregando pequeñas sumas a personas de cierta edad de ambos sexos, que en el pasado habían sido amigos de correrías y compañeros de infortunio en su juventud. Estas travesías las realizaba ocasionalmente, pero nunca fallaba en el mes de Diciembre.
El Maestro se divorció de la Señora Guillermina Colón en 1962. Más adelante se casó con la Señora Fedora Velásquez. En la vivienda de ambos, Oviedo tenía su taller, lugar donde pintó gran cantidad de sus obras. Ramón su hijo, me dijo que su padre tenia pintados pensamientos y frases en el estudio. Una de las expresiones que más captó su atención decía lo siguiente: El mundo es una boca que se come a sí mismo”. También tenía colocados en la pared diversos dibujitos.
El pintor decidió hace unos pocos años trasladarse a la casa de su hija Aracelis, donde instala su taller y continúa su incansable labor pictórica, hasta que dejó de pintar debido a su avanzada edad y la Osteoporosis.
El Maestro Oviedo trabajaba solo. No tenía ayudantes ni personal de apoyo. Cuando uno de sus hijos le acompañaba a medida que envejecía, les pedía le pasaran un pincel, le pusieran agua a una pintura, etc. Labores auxiliares. Su hijo Raúl le armaba los bastidores. Éste le armó los bastidores de los murales de las Fuerzas Armadas, de la Suprema Corte de Justicia y de FUNGLODE, entre otros.
El Maestro Ramón Oviedo no se dedicaba únicamente al pincel, también componía canciones las cuales arreglaban Carlos Mario Echenique y Jorge Taveras. Algunas de sus melodías las interpretaron Taty Salas (Amor por Dos), Rubby Pérez (La Ciguapa) y Fernando Casado, entre otros. Su pasión por la música lo llevó a realizar un dibujo de Carlos Gardel y un busto con el rostro del gran cantante argentino, el cual está ubicado en una pequeña Plaza al comienzo de la calle Espaillat, en la zona colonial.
Ramón Oviedo cultivó una gran amistad con el pintor universal Osvaldo Guayasamín, quien quedó gratamente impresionado cuando tuvo conocimiento de la gran obra de nuestro ilustre compatriota. Invitado por el artista ecuatoriano, Oviedo montó una portentosa exposición en la Casa de Guayasamín, ubicada en Quito.
En vida Oviedo recibió grandes satisfacciones por la gran acogida que dentro y fuera de su país, tenían sus obras. En República Dominicana, por varias décadas realizó numerosas exposiciones en bienales, galerías, museos y centros culturales. Fuera de su nación llevó sus pinturas a España, Francia, Cuba, Panamá, El Salvador, Nicaragua e Italia. En Estados Unidos exhibió sus obras en dos galerías de la Florida y en Washington. Un impresionante mural suyo-MAMAMÉRICA-engalana una pared de la sede de la OEA en la capital de EUA. Otro mural está ubicado en la sede de la UNESCO, en París.
Su larga y extendida trayectoria artística fue también objeto de numerosos reconocimientos. Ganó varios concursos de artes plásticas y obtuvo muchos galardones, premios y condecoraciones. Recibió medallas de naciones donde presentó sus obras. Fue condecorado por el Gobierno Dominicano. El Senado de la República lo declaró MAESTRO ILUSTRE DE LA PINTURA DOMINICANA, mientras la Cámara de Diputados le otorgó la MEDALLA AL MÉRITO PARA LAS ARTES Y LAS LETRAS. La Universidad Autónoma de Santo Domingo lo declaró PROFESOR HONORARIO.
En 2014 el Ministerio de Cultura lo eligió-a unanimidad-ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas 2013.
El artista se mantuvo activo pintando siendo su última obra la de más abajo, la cual es propiedad de su hijo Ramón quien la entregó a su hija quien reside en la ciudad de Nueva York. Una obra previa la conserva su hijo menor Raúl Oviedo.
El Maestro Oviedo Fallece el 11 de Julio del cursante año 2015, siendo su partida motivo de luto nacional. La prensa escrita, radial y televisiva se hizo eco del acontecimiento.
Por la funeraria pasaron centenares de colegas del pincel, artistas plásticos, cantantes, poetas, políticos de todos los partidos, así como una legión de admiradores de su dilatada carrera y muchos miembros de su familia. Varios cronistas de arte formularon su pesar, a la vez que expresaban elogios a la trayectoria de Oviedo y su calidad humana. Dentro del público asistente al sepelio resaltaban decenas de barahoneros y barahoneras que lamentaban la partida de Maestro.
Un momento emotivo se produjo cuando la entidad cultural ALIANZA BARAHONERA colocó la bandera nacional sobre el ataúd y representantes de dicha organización hicieron una guardia de honor.
Con motivo de las fiestas patronales barahoneras, un grupo de destacados pintores locales rindió un sincero homenaje al Maestro Oviedo, considerado el primer pincel de la Perla del Sur.
En ocasión de un homenaje a Oviedo en Barahona celebrado hace varios años, se habló de la conveniencia de que el Gobierno o el Ayuntamiento compraran la casa del Batey Central donde nació el Maestro para montar un Museo que honre su memoria. Esto no se ha logrado aun. Es una materia pendiente de la sociedad barahonera que esto se logre.
COLOFÓN
Muchos años han transcurrido desde aquel lejano 7 de Febrero del 1927, cuando vino al mundo en el Batey Central de la ciudad de Barahona, quien sería un virtuoso artista, Ramón Oviedo, además de ser un extraordinario creador, era una persona de gran calidad humana, sensible, patriota y solidario. No vió en la pintura un medio para enriquecerse. Las últimas décadas de su existencia las pasó residiendo en el Ensanche Alma Rosa, donde llevaba una vida relativamente modesta, conforme a sus convicciones políticas y morales.
Antes de concluir, quiero manifestar mi profunda gratitud por la extraordinaria cooperación de Ramón Oviedo Jr., hijo del Maestro, quien por varias horas respondió las numerosas preguntas que le formulé. En uno de nuestros encuentros estuvo presente Raúl Oviedo Colón, hijo menor del Artista. También me fueron de suma utilidad dos libros del reconocido intelectual Cándido Gerón, textos indispensables para todo aquel que quiera conocer la trayectoria artística del gran Maestro Ramón Oviedo.
Ha sido para mí motivo de gran satisfacción poder compartir con ustedes estas breves notas sobre la vida ejemplar de este noble dominicano, nacido en nuestra querida Barahona.
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