Barahona. La Reserva de la Biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo permitirá a las provincias del Sur profundo desarrollar un modelo de ecoturismo sostenible y con inclusión social, además de que sería la salvación para el turismo dominicano que está compelido a diversificar su oferta para aumentar el flujo de turistas hacia la República Dominicana.
Sus impresionantes y exóticos paisajes terrestres, costeros y marinos, junto a un ambiente natural que sirve de refugio a un gran número de especies de plantas y animales nativos, endémicos y en peligro de extinción convierten a esta región del país en un lugar de fascinante atractivo para los turistas.
Según explicó Cesar Ferreras, director provincial de Barahona del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el área comprendida en los parques nacionales, Jaragua, Sierra de Bahoruco y Lago Enriquillo e Isla Cabritos, que incluye a las provincias Barahona, Bahoruco, Pedernales e Independencia, fue declarada como reserva mundial o Reserva de la Biosfera en el 2002 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Esta reserva tiene una extensión de 5,770 kilómetros cuadrados.
Una Reserva de la Biosfera es un reconocimiento otorgado a lugares en el mundo que constituyen ecosistemas terrestres, marinos, costeros o una combinación de todos para la conservación de ambientes naturales, paisajes, especies y genes, fomentando modelos de desarrollo ecológicos y económicos sostenibles.
Ferreras agregó que después de la declaración de la Reserva se crearon por decreto presidencial dos áreas protegidas que incluyen terrenos dentro de la Reserva: la Reserva Biológica Loma Charco Azul (zona conocida como La Placa) y el Parque Nacional La Gran Sabana.
Explicó que como Reserva de la Biosfera en esta región se deben proteger los espacios naturales, frenar los impactos humanos y promover modelos de desarrollo sostenibles, razón por la que en esta zona de desarrollan varios proyectos en ese sentido, donde se promueven usos agrícolas de caficultora, el manejo forestal, silvicultores y turismo ecológico y comunitario.
Destacó que el ministerio impulsa charlas y talleres en la zona para mostrar a los habitantes del lugar cómo pueden lograr una producción agrícola sostenible, que contribuya a la conservación del suelo y al mantenimiento de su fertilidad, que lleve a aumentar el rendimiento de la producción agrícola. Entre estos se promueven los productos orgánico como el café de la comunidad de Polo.
En cuanto al ecoturismo, Ferreras resaltó que se han ido creando las condiciones parar potenciar y explotar sosteniblemente los atractivos de la reserva debido a la variedad de espacios naturales. La gama incluye el disfrute de balnearios de aguas manantiales, caminatas, cabalgatas y senderos en los parques nacionales, además transporte en lancha, espeleología, entre otros.
Ferreras, junto a Pedro Rodríguez y Rufa Gómez, directivos del ministerio en Barahona, resaltaron que la reserva sirve de refugio y conservación a cientos de animales y especies marinas y terrestres, como aves, tortugas, reptiles, anfibios. Y área posee una importante diversidad de plantas, muchas de las cuales son endémicas de la isla.
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