SANTO DOMINGO-En momentos en que los huevos y los pollos enfrentan en la República Dominicana y en Haití a sectores que, movidos por intereses diversos, en ocasiones espurios, buscan traer agua a su propio molino, los alcaldes de los empobrecidos pueblos de ambos lados de la frontera sur discuten cómo enfrentar las devastaciones de los lagos Enriquillo y Azuéi.
Durante el martes y el miércoles de esta semana, los alcaldes agrupados en la Asociación de Municipios del Área del Lago Azuéi (AMALA) y en la Asociación de Municipios de la Región Enriquillo (ASOMURE), se reunieron alternativamente en territorio haitiano y dominicano para dialogar sobre cómo resolver los problemas que derivan del desbordamiento de las aguas de los lagos.
Oneida Feliz |
Una opinión similar sostiene Ralph Lapointe, alcalde de Ganthier y presidente de AMALA. Para él, escribe el periodista Jeanty, “los dos países conocen casi los mismos problemas en lo que concierne a los dos lagos” aunque reconoce que del lado haitiano estos son más agudos.
Max Antoine, presidente de la Fundación Dominico-Haitiana (FONDO-Haití), entiende que es urgente tomar decisiones para encarar el problema. “Hay vidas humanas amenazadas y también territorios económicos en dificultades. Hay que tomar medidas urgentes”, planteó. Empero, Antoine recomienda tomarse el tiempo de entender el fenómeno antes de actuar. “Es necesario profundizar los estudios que han sido realizados de modo que puedan aportarse soluciones apropiadas”. Hizo notar que del lado haitiano hay bajo las aguas varios kilómetros cuadrados de tierras agrícolas, pérdida de ganado y casas destruidas.
Los compromisos asumidos por los alcaldes dominicanos y haitianos para encarar los problemas comunes forman parte del proyecto “Reforzamiento de los jóvenes para la promoción del desarrollo en las zonas fronterizas afectadas por los huracanes”, financiado por Oxfam Italia.
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