Por: Virgilio Gautreaux P.
Virgilio Gautreaux |
En la ciudad de Barahona su
parque central ha tenido dos glorietas, las cuales tuvieron gran repercusión
social pues a partir de la edificación de ambas, se catapultaron diferentes
actividades de tipo social y cultural.
Su estructura elevada de seguro sirvió de base para pronunciamientos políticos,
discursos y asambleas de diferente naturaleza. Sin embargo, su uso más
cotidiano eran los conciertos de la banda de música. Los clubes culturales y
otras asociaciones recreativas, hacían uso frecuente de estas instalaciones.
Primera Glorieta
La historia de la primera glorieta
de Barahona se remonta a finales del siglo antepasado, cuando sus autoridades
se empeñan en promover lo que podría definirse como el área de “en desarrollo” de la ciudad, ubicada
alrededor del Parque Central. Con esta filosofía en mente, en la Sesión de la
Sala Capitular de fecha 27 de Diciembre de 1893, el Tesorero Municipal-Santiago
Peguero-haciendo uso de la palabra pidió la autorización al Ayuntamiento para “ir aglomerando piedras
y otros materiales en la plaza para formar una glorieta”. Su
propuesta fue aceptada.
En una Sesión de fecha 7 de
Febrero de 1894, el Presidente del Ayuntamiento, Don Lauro Tellería informó que el
Vice-Presidente de la República General Wenceslao Figuereo ofrecía un ramillete
con cinco faroles “y la columna de hierro llevando la inscripción de su nombre al pueblo de Barahona”.
El Ayuntamiento local en su Sesión del 21 de
Febrero de 1894 acordó que en la tarde del
26 de dicho mes, se inauguraran los faroles del alumbrado
público. También en esta reunión, la Sala Capitular aprobó contribuir con
Veinte pesos a la edificación de la estatua del patricio Juan Pablo Duarte en
la ciudad capital.
En la Sesión efectuada por el organismo municipal
el 24 de Febrero del citado año, se comisionó al Presidente de la Sala
Capitular y al Sr Luis Del Monte para invitar al cura para el bautizo de la Plaza y el acto
de colocación de la primera piedra donde se debe fabricar la glorieta. Por mayoría de votos, se
resolvió nombrar dicha Plaza, como Parque Libertad.
Con motivo del
Cincuentenario de la independencia nacional, el 27 de Febrero de 1894, se
colocó la primera piedra donde se debía construir la
estructura. Este acto oficial fue encabezado por el Sr Gobernador provincial José
Dolores Matos, así como por el pleno de la Sala Capitular del Ayuntamiento de
la Común de Barahona, integrado por su Presidente, Lauro Tellería, el
Vicepresidente, Luis del Monte, el Sr Síndico Francisco Calderón, Santiago
Peguero, Tesorero y los Regidores David Sánchez, Manuel Díaz, Nicolás Lembert
y Nolasco Suero. Otros funcionarios
públicos y personas de la población, estuvieron presentes en la actividad. El
cura párroco local bendijo el lugar.
Ese día glorioso (27/02/1894) se realizó una
retreta en la plaza Se pronunciaron discursos y se efectuó un obsequio a los
músicos voluntarios actuantes. El Presidente del Cabildo y el Tesorero distribuyeron entre los músicos
actuantes y los menesterosos presentes,
la suma de 12 pesos fuertes.
Al parecer el ramillete de faroles y la columna
de hierro que lo sostenía, fue colocado en una fecha posterior la cual no hemos
localizado por el momento. Sin embargo, en una foto que suponemos se tomó
alrededor de 1910, se observa la columna de hierro y sus faroles. En la base
figura también la glorieta de entonces, la cual consistía en una plataforma
redonda de cemento con una altura de unas 18-24 pulgadas, tal y como puede
verse en la parte derecha de la foto:
Doña Anita
Lembert Peguero recuerda bien esta glorieta, alrededor de la cual jugaba junto
a sus amiguitas de la época, antes de que fuera construida la segunda
estructura en 1927. Este lugar se convirtió en el lugar preferido donde
adultos, adolescentes y pequeños, realizaban diferentes actividades.
LA GLORIETA ALREDEDOR DEL 1910
La importancia
del parque como “polígono
central” de la ciudad, motivó que
las autoridades municipales ictaran un conjunto de Resoluciones para peservar
el área para conferirle orden y solemnidad al lugar. De esta forma, se
aprobaron normativas que prohibían el ingreso de burros y caballos, la
presencia de adultos y niños descalzos, personas andrajosas, multas contra la
rotura de bombillas, así como prácticas contra la moral y las buenas
costumbres.
Posteriormente al
parque el nombre se le puso el nombre del patricio JUAN PABLO DUARTE, gloriosa denominación que
fue cambiada por lambones para denomianr al parque con el nombre de la madre
del tirano Trujillo. En 1961 con la destrujillización se cambió el nombre y en
lugar de restaurar la plaza con el nombre del Padre de la Patria, se le
denominó PARQUE CENTRAL.
Nuestra Sala
Capitular debiera aprovechar que el pueblo dominicano está celebrando del BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL PADRE DE LA PATRIA, JUAN
PABLO DUARTE y colocar
nuevamente su glorioso nombre a este parque.
REINADO EN PARQUE DUARTE CON LA
PRIMERA GLORIETA-1933
Segunda Glorieta
La década de los años veinte fue de gran florecimiento
económico y social para Barahona y sus comunidades. A partir de 1921 con la
terminación de gran parte de las obras del ingenio azucarero, comienzan a
radicarse en la ciudad numerosos contingentes de norteamericanos, cubanos,
puertorriqueños, isleños, así como muchos
dominicanos que del resto del país fueron a Barahona en búsqueda de mejor
suerte. Estas personas y sus familias dieron un impulso a la cultura, las
habilidades, el conocimiento y las formas de transmitir el conocimiento, sobre
la comunidad barahonera.
En
esa década llega a Barahona el acueducto, la energía eléctrica, el ferrocarril,
el teléfono, el transporte aéreo, la expansión
urbana y el automóvil. Se expande la
producción agropecuaria para atender la gran masa de consumidores asalariados.
Crece la producción de café, aumenta el corte de madera, surgen medianas y
pequeñas industrias, florecen numerosos negocios; también surgen oficinas de
corresponsales comerciales y representaciones consulares (España,
Haití y Dinamarca). El National City Bank, instala una sucursal en
Barahona.
Se construye una gran panadería, una bodega para atender la
demanda de los gerentes extranjeros, donde también adquirían mercancías
importadas los técnicos y funcionarios de alto nivel, así como las personas
pudientes de la ciudad de Barahona.
EL PARQUE DUARTE, SU GLORIETA Y VEHÍCULOS
PÚBLICOS
La expansión de las actividades económicas en todo el valle
de Neyba y en las zonas cafetaleras, incentiva la construcción de una serie de caminos
vecinales, así como el inicio de la importante carretera Barahona-Azua en 1927.
Desde inicios de los años veinte, una vía secundaria conectaba las provincias
de Barahona con San Juan. El muelle fue reforzado ante el incremento del flujo
comercial.
El hospital del central azucarero contrata prestigiosos
médicos dominicanos, a la vez que otros galenos se instalan en la ciudad pues
la masa de potenciales clientes aumenta simultáneamente con la expansión de las
actividades económicas. Aumenta el número
de farmacias y de odontólogos. Muchos de cuyos Las necesidades del modelo de
crecimiento exigen la capacitación de la mano de obra local, razón por la cual
surgen por doquier centros educativos profesores son contratados de otras
partes del país (Santo Domingo, Azua, La Vega, etc).
En este decenio se forman diversas asociaciones culturales y
recreativas. Pujantes jóvenes barahoneros cultivan la música y la
poseía. También invitan conferencistas e intérpretes musicales de prestigio. De
toda esta dinámica educativa y cultural, surge un conjunto de intelectuales y
artistas que incursionaron en varios géneros. Algunos descollaron fuera del
país convirtiéndose en artistas de fama mundial (María Montéz).
Las autoridades locales observando los beneficios derivados
del trazado urbano del Batey Central y el ordenamiento territorial de sus
actividades, dictan una serie de Resoluciones,
ordenanzas y declaración de utilidad pública de viviendas para su
destrucción con el propósito de prolongar varias calles de la ciudad. Una serie
de actividades son reguladas para evitar el deterioro de las vías. Un “sector
moderno” comienza a desarrollarse en la zona comprendida entre el parque y la
calle Colón. Muchos empresarios de la localidad adquieren solares en dicha
área, generalizándose en esta parte de la ciudad, las construcciones de blocks.
Es en este marco de realizaciones urbanísticas y desarrollo
económico en la década citada, que el
empresario cafetalero Luis del Monte mediante
una comunicación dirigida al cabildo de
Barahona le manifiesta que “con el
propósito de contribuir al ornato de la población, desea que se le otorgue el
derecho de fabricar con sus propios recursos y bajo la supervigilancia de quien
designe el Ayuntamiento, una glorieta en el centro del parque”.
En respuesta a dicha solicitud, la Sala Capitular en su
Sesión de fecha 4 de Febrero de 1927 resolvió concederle el permiso que
solicitaba y significarle que teniendo
el Municipio el deseo de tener un lugar propio para montar un reloj público en
un punto, el más céntrico posible en esta población, ha comisionado a sus
Regidores Alcibíades Alburquerque, Nicolás Ruiz y su Síndico Trajano Ignacio
Potentini, “para cambiar
impresiones con él y ver si es posible el colocarlo en la cúspide de dicha glorieta”
En la Sesión del Ayuntamiento celebrada el 31 de Marzo de
1927, se da lectura a una carta del Sr Luis del Monte en la que informa que los
albañiles “le han dicho que no podía ponerse el reloj
arriba de la glorieta”. En respuesta, las autoridades edilicias resolvieron
autorizar la construcción de la obra como fue concebida originalmente.
El Señor Lucas Espinal
mediante una comunicación dirigida al Ayuntamiento en Agosto de 1927 le propone
que ante los avances de la construcción de la glorieta se escoja como su fecha
de inauguración el 24 de Septiembre de dicho año “por ser una fecha que trae memoria de la
venerada imagen de nuestra Sra de las Mercedes, Patrona amada de la República
Dominicana”. En Sesión celebrada el 23 de Agosto el
Cabildo resolvió contestarle que “unos días antes de la terminación de dicha obra, el
Ayuntamiento resolverá la publicación de un
programa para celebrar la inauguración de esa obra”.
El Listín Diario publica el
Jueves 13 de Octubre de 1927 una información redactada por su corresponsal en
Barahona, donde dice lo siguiente:
“Vemos con inmensa alegría que ya se destaca en
el centro de nuestro hermoso parque central el kiosco o glorieta, que como
sabrán nuestros lectores, es un obsequio del altruista caballero hacendado Don
Luis E. Delmonte y construida por el inmejorable constructor señor Julio
Beltrán. No sabemos ciertamente el día de su inauguración pero creemos que estamos
próximo; será un gran acontecimiento para el pueblo de Barahona porque será un
engrandecimiento al realce de la belleza que luce el centro de la ciudad”.
El Sr Julio Beltrán era de
los contratistas que estaban construyendo la carretera Barahona-Azua en 1927,
por disposición del Presidente Horacio Vásquez.
En un reportaje suscrito por
el corresponsal local del Listín Diario
fechado el 20 de Octubre de 1927,
informa que “ha sido
resuelta la inauguración de la glorieta del parque para la llegada del
caballero Don Luis E. Delmonte, considerado así más oportuno por el Honorable
Ayuntamiento y que estará a cargo del amigo Don Lucas Espinal. Creemos justo lo
resuelto”.
En su Sesión de fecha 4 de
Noviembre la Sala Capitular tuvo conocimiento de una carta del Sr Luis Del
Monte mediante la cual ponía a disposición del Ayuntamiento “la glorieta que en
obsequio al pueblo y con la autorización del Cabildo construyó en el parque
central de esta ciudad”. Los ediles resolvieron remitirle una
comunicación agradeciendo el gesto.
El Jueves 17 de Noviembre de
1927 en el Listín Diario se inserta un excelente resumen del Banquete-homenaje
que se realizó en honor al empresario Luis Del Monte. El cual copiamos a
continuación:
HOMENAJE AL SR LUIS E. DELMONTE
El acto social más
simpático, más significativo y de más resonancia de estos días, lo constituyó el espléndido y suculento
banquete que un distinguido grupo de elementos de esta sociedad, ofreció al
culto y progresista caballero Don Luis E. Delmonte como homenaje de simpatía y
gratitud al regresar de su viaje al extranjero.
Tal y como lo habíamos
anunciado en nuestra reciente crónica el banquete tuvo lugar en la hermosa y
aristocrática terraza OLIMPO del Hotel Covadonga, que es el mejor de la ciudad, el último Domingo a las
nueve de la noche.
Sentándose en torno a la
mesa, que estaba muy buen dispuesta, 34 personas, además del festejado, entre
las que recordamos las siguientes: Tulio Quírico Hernández, Presidente de la
Honorable Cámara de Cuentas de la República; Lic. Osvaldo Cuello López,
Presidente del Tribunal; Carlos Díaz hijo, Presidente del Club Guaroa;
Licenciados Angel Salvador González, Milcíades Duluc y Alcibíades Alburquerque;
Doctor C. C. Hamilton; Julio Fabián, Jefe de la Policía Municipal de esta
ciudad; Lucas Espinal, Secretario del Tribunal; Bernardo Díaz, hacendado;
Leopoldo Michel, ganadero; Luis Felipe Peguero, empleado de la casa Mota;
Alfonso Portillo Gómez, Inspector de Instrucción Pública; Capitán Cocco; Dr. R.
Diógenes Medina, Leonardo Lembert , Director del Registro Civil y el poeta
Miguel A. Guerrero R.
Ofreció el banquete con
breves, pero elocuentes palabras, encaminadas a poner de relieve la
significación del acto y la personalidad del festejado, el Lic. Angel Salvador
González.
En medio de la alegría y la emoción
causadas por las palabras del Lic. González, se levantó el señor Del Monte y
con esa autoridad, con esa finura y con esa facilidad que le caracterizan, pronunció
bellas palabras agradeciendo el homenaje que se le hacía y dando las
seguridades de que “mientras viva no dejará de contribuir, como hasta ahora al progreso material, social y
cultural de Barahona”.
Durante la charla amena y
cordial y la alegría indescriptible que reinó durante la comida, la Orquesta
del Maestro Clodomiro Gautreau ejecutó delicadas piezas, turnando con el uso de
la palabra los señores Lucas Espinal, Hamilton, Díaz hijo, Cuello López,
Peguero, Fabián y el Inspector Portillo Gómez, quien recitó un bello soneto
dedicado al festejado.
Y después………las luces se
extinguieron y la hermosa terraza quedó sumida en tiniebla saturada del perfume
de alegría y de luz que los convidados regalaron a aquel recinto de cordialidad
y paz. FIN DEL TREPORTAJE.
El brillante discurso que
pronunció el Sr Lucas Espinal concluía con las palabras siguientes:
“Para no seguirlos cansando más voy a terminar;
pero no sin antes pedirles que acojamos benevolentemente la ofrenda que con el
Kiosko estilo Oriental o modelo parisien nos ha obsequiado Don Luis E. Del
Monte; acojámosle sí, porque él es la
representación genuina del corazón de un hombre lleno de fé en la virtualidad
del porvenir, que ansía ver este pedazo de tierra al paralelo con el pueblo más
adelantado de los pueblos que se
reparten el señorío de este fragmento del planeta, acaso un pequeño esquife
(barca) en el que somos navegantes que corremos la misma suerte y vamos hacia
el mismo destino”.
A partir de la inauguración
de esta imponente obra, el Ayuntamiento de Barahona se empeñó en transformar el
parque para hacer del lugar una verdadera plaza de esparcimiento de la
población. De esta forma, el Parque Duarte-su nombre oficial-fue sometido a
diferentes remodelaciones que incluyeron sucesivas pavimentaciones,
construcción de jardineras, soterrado de cables eléctricos, postes labrados de
cemento con hermosas bombillas, así como la colocación de tuberías para regar
el césped y árboles. Estimulados por estas acciones municipales, empresarios
locales donaban con regularidad bancos.
Las autoridades municipales
se propusieron también mejorar sustancialmente todo el entorno al Parque, para
lo cual promulgaron una serie de Resoluciones en materia de ornato y desarrollo
urbano. En los años siguientes a la inauguración de la glorieta, se
reconstruyeron las calles del centro de la ciudad, se construyó el Palacio
Municipal, se instaló el reloj público, la cárcel pública-ubicada frente al
parque-fue trasladada a un nuevo local. También se construyó un canal de
desague para eliminar las inundaciones que afectaban la calle Enriquillo [hoy Nuestra Señora
del Rosario].
La glorieta desde su
inauguración se convirtió de inmediato en un verdadero centro social. El parque
arbolado y sus bancos por doquier, atraían a personas de todas las edades. La
muchachada se dedicaba a brincar y correr; los adultos a conversar y la
lectura…..y los jóvenes, a enamorarse !!!!!!
Al parecer la glorieta “vieja” por-disposición
municipal-fue trasladada al PARQUE GUAROCUYA, mejor
conocido como PARQUE DE LOS SUEROS, tal y como puede
observarse en la imagen siguiente:
La actividad más popular que
se realizaba en la glorieta del parque central, eran los conciertos de los
domingos. Ese día, desde finales de la década de los años cuarenta, niños y
adolescentes acudían bulliciosamente a los
cines UNIÓN, ERCILIA y BAHORUCO a
ver las películas del Matiné, el cual se
iniciaba generalmente a las 5 de la tarde. Tan pronto se terminaba la función, a
las 7 de la noche, la muchachada “se
tiraba” al parque y comenzaban una serie de juegos de vaqueros contra indios, bandidos
contra policías. También habían piratas, hombres del espacio (Flash Gordon),
gente de la selva (Jim) y ocasionalmente
aparecía un Drácula o un Frankestein. Asimismo, abundaban los “Llaneros
Solitarios”, Tarzán y Superman.
Mientras los muchachos “se calentaban” con
estos juegos, la Banda de Música salía de su local frente a la iglesia vieja y
con una marcha musical se dirigía hacia la glorieta. Cuando los presentes en el
parque se percataban que los músicos se aproximaban, todos se alegraban y la emoción
subía al límite.
Ya en la glorieta los
músicos “entonaban” algunas
notas para afinar sus instrumentos. De repente se iniciaba el himno nacional y
parecía que un rayo había caído paralizándolo todo. Cundía el silencio. Todo el
mundo miraba hacia la glorieta con fervor y recogimiento. Tan pronto concluía
el canto patrio, la banda de música entonaba danzones y música suave. Más
adelante había un receso y luego continuaba el concierto. A las 9 y media de la
noche, venía otra cascada de emoción pues se tocaba un rumboso merengue de
despedida y todo el mundo se ponía a bailar. Luego, para cerrar, nuevamente el
himno.
Algo que siempre cautivó a
los niños y adolescentes era la inscripción que en letras uniformes está
colocada en la cúpula de la glorieta: LUIS E. DELMONTE-AL PARQUE DE BARAHONA-MCMXXVII
Años después se presentó en
la glorieta un sujeto que bailaba sobre una botella mientras en su cabeza tenía
colocado un huacal con botellas vacías. Posteriormente, un ciclista extranjero
(tal vez boliviano o peruano) se mantuvo durante 100 horas dándole vueltas a la
glorieta. Al final de su jornada-corriendo-le dio tres vueltas, entre los
aplausos del público.
FOTO
TOMADA POR VIRGILIO GAUTREAUX DESDE EL BALCÓN DEL AYUNTAMIENTO MUNICIPAL
Con la expansión de la
ciudad y el surgimiento de otras áreas recreativas, comienza a declinar la
glorieta como punto de referencia para la realización de actividades sociales. Con la decapitación
de la tiranía, mejoran los salarios y se crean nuevos empleos, cambiando la
situación de mucha gente. Aquellos que sólo se “divertían” en áreas públicas y
actos oficiales, se convierten en consumidores activos. En este contexto,
surgen también nuevas modalidades de diversión. El amplio malecón, una serie de
bares y restaurantes, así como numerosos salones de reuniones, se convirtieron
con el paso de los años, en “sustitutos naturales” de
la estructura.
La construcción de la
glorieta original tomó aproximadamente ocho
meses. Sin embargo, unos trabajos de remodelación que
actualmente se ejecutan, llevan un tiempo bastante largo. No
es posible que reparar la estructura tome casi el mismo tiempo que su
construcción.
En la actualidad la glorieta
no tiene el magnetismo de antaño. Fue el ícono de una época y de algunas
generaciones de barahoneros. Hoy, sus glorias de antaño, son sólo un recuerdo.
Hay miles
de historias sobre nuestra glorieta. Ésta, es sólo una de ellas!!!
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