Por Frank Adolfo
New York
Frank Adolfo |
!Oh!, el Lcdo. Yorik Piña. Y quién más podría ser. Pues él viene haciendo eso desde hace muuuuchos años. !Válgame Dios!. Desde que yo recuerdo. Allá por los años que cerraban la década de los 50’s, Yorik, ya le prestaba servicio a niños indigentes que él ayudaba. Ya con sus orientaciones, cómo apoyándoles con recursos para que pudieran comer. Y a los que mostraban habilidades y seguridad, les socorría con docencia, improvisando obras de teatro, competencias deportivas; llevándole a las cafeterías donde les mostraba el sentido de civismo y la urbanidad.
Los cuarticos que hacía en la librería que abrió al lado de la casa materna, nunca los pudo usar en ampliar el negocio que, -no recuerdo pero creo tuvo que dejar de operar- siempre había una necesidad que atender de uno de estas docenas de “marchaticos y marchanticas” con los que el padrino había contraído responsabilidad. Y, lo mejor, iba a las casas, atrevidamente a sermonear a los padres por no atender, adecuadamente a sus hijos.
¿Quién hizo eso en Barahona?. Sólo don Luis Del Monte tenía un trato parecido y el inefable y nunca bien llorado Don Américo Melo. Además de don Liquito que hacían algo en ese orden de ideas/ El inmenso padre de muchos de nosotros Don Antonio Méndez. Otro, el Dr. Campos. Pero ellos ya no están. Entonces, ¿Quién le va a poner el cascabel al gato?.
Adivine el adivinador. ↕Quén será?. !Ah!…Nadie como él. Nadie le iguala a él
Yorik Piña |
La vocación de servicio demostrada sin ambages, ni tapujo; pleno y solidario, siempre de Yorik Piña, se ha manifestado una vez más. La idea de conseguir la donación -pírrica- de los cien pesitos (RD$100.00) es genial. Pero eso no es nuevo. Yorik por los años 80’s vino a los Estados Unidos en busca de $20.00 dolaritos para becar estudiantes de escasos recursos, a quienes tenía becados con techo y comida y educación. ¿Quién se condolió?. El tuvo que asumir el sobrecargado compromiso que tienen que tomar en alto, los organismos del Estado y las instituciones con esos fines creadas. Nadie, ningún pudiente profesional, empresario, acrisolado hijo de familia y los tradicionales “gurú” de las finanzas apoyadas por sus aportes a la política, dejo sentir el sonido del “diezmo” en los jarritos de Yorik. Ahí murió el experimento. Cierre de la labor docente y escuela de asistencia integral. Faltó el alimento en el granero.
Cuando hube de marcharme al exilio voluntario, por aquello del Abril Glorioso, en mi periplo por las Antillas Neerlandesa: Aruba, Bonaire y Curacao me extrañó no haber visto niños carentes de necesidades manifestadas airosamente al público, en busca de la satisfacción que la caridad provee. No. No la vi. Y eso que son más pequeños en territorio.
En ese orden de ideas y favorecido por los hados de la buena suerte llego a Caracas, Venezuela. Después de escapármele a los brazos de la azarosa guadaña, que algunos necios dominicanos contrataran para que me visitara. Tuve que encaramarme por los cestos pa subir la jarda y escaparme de ese encargo. Así caigo a trabajar en el Consejo Venezolano del Niño como profesor de Drama. En el Retén de Los Chorros.
El Retén de Los Chorros es una cárcel para menores, algo equivalente a la correccional de San Cristóbal. Pero, que !va!
La Comparación es necia. Es algo como del cielo a la tierra.
Simplemente hice el paralelo para ilustrar. Allí fui maestro en esa disciplina Teatro cuando yo apenas era un menor. Pues sólo tenía 20 años y los menores en Venezuela, para ese entonces, era hasta los 21 años. Estuve al servicio del Dr. Arrichiguieta Granko, Médico Psiquiatra que era rector del penal, bajo la dirección del Prof. Bolivar Gallo. Quienes me dieron su aval y protección, mientras realizaba mis tareas con el Grupo 6, adolescentes que técnicamente estaban totalmente instruidos y listos para la unificación familiar. Tuve la suerte de haberles sido útil, inculcándoles el amor por el teatro y la literatura.
Eso fue posible porque en Barahona ya había tenido una experiencia en el trabajo que Yorik realizaba con nosotros a través del teatro, el deporte (lucha, boxeo, balompié, campo y pista basebal, etc.). Sólo me dejé ir e hice el trabajo. Y recibí el conocimiento de las técnicas y gestión de esa respetada institución venezolana.
De allí vine con la idea de aplicar mis conocimientos en Barahona. En la primera oportunidad que tuve, nos lanzamos a hacer el Instituto de Bellas Artes (En formación). De Barahona, saque la inspiración para trabajar de Los Chorros de Venezuela. De Venezuela traje el alma, el deseo de volcar en mi pueblo los conocimientos adquiridos en esa oportunidad
Yorik, no tan sólo ha formado academia, sino que se ha formado técnicamente para dotarse de las herramientas necesarias de cómo hace un trabajo impecable, para hacerlo bien. Pues, es el momento en que las gentes todas deben volcarse en socorro de este esfuerzo que ya tiene “cayo” de tanto intentar en hacer. Vamos a aportar ese granito de arena que nos pide este hermano que abrazó la filantropía en tiempos tan inhóspitos, que ese concepto parece que perdió lo refulgente.
Sólo el Dr. Thomas sabe de sacrificio similar. Enhorabuena.
Apuremos la cicuta. Pero bebámosla. Barahona está despertando fuertemente. Lo siento. Lo veo. Siento la unidad.
Aunque observo los pataleos del que se hunde. Si dejarán de hacer lo que hacen, subirían a la superficie y tal vez alguien, le tira el salvavidas. Quién sabe. –Vaya uno a saber. Ni modo-
Bien, coterráneos. Metamos la mano en el bolsillo. Saquemos esos cinco pesitos (aquí en NY dólares. Muchos los damos de propinas y más cuando nos atrae la que nos sirvió) Entonces por qué no contribuir con una obra, que la tendrá bajo su control quien tiene alma de Quijotes pero corazón de León y las agallas de un cíclope.
Apoyemos esta obra de bien para nuestros niños por un futuro mejor dónde, verdaderamente, encontraremos la proyección del pensamiento de Duarte y los c….de Luperón, en cada uno de estos muchachos desprotegidos y ampliamente necesitados de un punto de apoyo para ser mejores ciudadanos que nos honraran con sus acciones de bien.
Barahona espera en sus hijos la oportunidad de prolongarse.
Nosotros hicimos el trabajo en su oportunidad por esos estamos un poco mejor de como encontramos el caserío que otrora fue Barahona, “la Perla del Sur”, que es hoy.
Cien pesos ó cinco dólares. No es nada para un espíritu altruista. También los necios pueden aportar y, porque no, los delincuentes; ladrones y traidores de la patria. Los come cheques –sanguijuelas-, pueden redimirse. Es la hora. Un compromiso perenne, de todos.
Nota Del Editor: El autor se refiere al artículo:
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