Fuente: El Barahonero
Por Héctor Rafael Cuello V.
Desde diciembre he oído y leído al Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, instruir a sus subalternos para que sometan a la justicia a los padres que permitan que sus hijos menores tomen alcohol, cosa que nos parece muy bien, lo que no está bien es que el procurador se empeñe tanto en esa vertiente del abuso infantil he ignore a los miles de niños que mal viven en las calles de nuestro país. En un país que se respete un niño no duerme en las calles ni siquiera por cinco minutos, aquí duran años y nadie los ayuda.
Desde hace muchos años en República Dominicana hay instaurada una fábrica de delincuentes al Estado permitir que miles de niños sean abandonados por sus padres y vivan en las calles sin que el gobierno persiga a esos malos padres y sin que hagan algo por rescatar a esos niños, quienes están expuestos al alcohol, drogas, al abuso físico y sexual. A esas pobres criaturas ni siquiera las mencionan, todos los ven pidiendo, durmiendo, y hasta comiendo de la basura en las calles del país y nadie los ayuda.
Sería bueno que el señor Procurador instruyera a sus subalternos para que no solo persigan a los padres que den y permiten que sus hijos tomen alcohol, sino que lo haga también para que persigan a los padres abusadores e irresponsables, que abandonan sus hijos y estos terminan mal viviendo en las calles, siendo los futuros delincuentes de la Patria. Señor Domínguez Brito, piense en sus hijos y meta su mano para que ni un solo niño viva en las calles de la Patria de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón. Estos pobres niños también tienen derechos. En sus manos está, señor Procurador.
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