Relatan que Trujillo tenía diferencias
con su hermano por sus actuaciones y porque mató a un grupo de
trabajadores de su plantación agrícola; dicen era esquizofrénico.
Rafael Leonidas Trujillo Molina, gobernó el país con manos férreas desde 1930 hasta 1961, cuando fue asesinado.
Por: Chichí De Jesús Reyes ( Chichidejesus46@hotmail.com)
Aníbal Julio fue el quinto hijo del
matrimonio Trujillo Molina, y desde su adolescencia dio muestras de
trastornos mentales. Cuando se presentaba la esquizofrenia recorría
las calles de la ciudad lanzando frases incoherentes, al tiempo que se
autoproclamaba “nuevo emperador” del Caribe.
A pesar de las
perturbaciones que padecía, su hermano, el dictador Rafael Leonidas,
lo designó Jefe de Estado Mayor del Ejército y desde la importante
posición ordenaba a los soldados formar filas para proclamarles que
él era la “reencarnación de Julio César”
La situación
llegó a tal extremo que en ocasiones las órdenes que impartía Trujillo
eran desobedecidas por Aníbal Julio, al tiempo que cuestionaba la
conducta de su hermano para “dirigir los destinos del país”.
Trujillo llamó
por teléfono a su hermano, el jefe del Ejército, y le hizo algunos
cuestionamientos sobre decisiones que había tomado, que el dictador
consideraba “incorrectas”, y el general violentamente cortó la
conversación, estrelló el aparato contra la pared y burlando el control
de sus ayudantes tomó su automóvil Chevrolet y se dirigió a Palacio
Nacional. Trujillo, que ya conocía de los problemas mentales, se
escondió para evitar problemas mayores.
“Mango Fresco” es
el nombre de la finca ganadera que tenia Aníbal Julio en Hato Nuevo,
Manoguayabo, que colindaba con otra de su hermano Rafael Leonidas.
Cierto día el jefe del Ejército llegó a su propiedad, se amarró un
sable en la cintura y ante la presencia atónita de sus espalderos y de
sus empleados gritó : “!Quiero sangre!”
En otra
oportunidad instruyó a los militares a su servicio reunir y amarrar
con soga a un grupo de agricultores de la zona y concentrarlos en
medio del corral para animales. El general, montado en su caballo, sable
en mano, con los ojos desorbitados, arremetió contra los infelices
campesinos, al tiempo que repetía: “!Quiero ver sangre… yo soy el emperador Julio César!”.
Los soldados presentes completaron el genocidio contra los pobres hombres que habían sobrevivido a los embates de Aníbal Julio.
Cuando Trujillo
fue informado del asesinato masivo promovido y ejecutado por su hermano,
ordenó al secretario de las Fuerzas Armadas, su íntimo y leal amigo, el
teniente general Fausto A. Caamaño, trasladarse a la finca e
implantar el orden allí. Las instrucciones precisas del generalísimo
fueron “fusilar a todos los militares al servicio de Aníbal, y al propio
Aníbal, si se encontraba”.
El general
Caamaño, eludió cumplir fielmente la orden de su comandante en jefe,
e instruyó a uno de sus ayudantes para que informara de la magnitud
del caso a doña Julia, madre de los hermanos Trujillo, de suerte que
ella sacara a la mayor brevedad posible a Aníbal de la finca “Mango
Fresco”
Cuando Caamaño
llegó a Hato Nuevo, ya el general se había marchado, y de inmediato
procedió a cumplir las recomendaciones de Trujillo que consistió en el
fusilamiento de 27 militares y capataces que estaban al servicio de
Aníbal Julio.
Fallecimiento
Declarado
en un interdicto, no apto para realizar trabajos productivos, el 21 de
diciembre de 1948, en su residencia de la Isabel La Católica esquina
Padre Billini, el general Aníbal Trujillo se pegó un tiro en la sien.
El generalísimo Trujillo no asistió al funeral de su hermano, lo que
resultó sospechoso para la colectividad, que no podía emitir juicio
público al respecto.
Divulgada
oficialmente la muerte del general surgió otro incidente con el doctor
Gerardo Marten-Ellis, quien se negó rotundamente a firmar el acta de
defunción del hermano del dictador. Esta decisión le causó graves
inconvenientes de carácter político a Marten-Ellis, y a su hijo y
también médico de profesión Newton Marten Ceaca, quien no pudo
aprovechar la beca para realizar estudios especializados en el
exterior.
UN APUNTE
Relato sobre Aníbal
Hechos
registrados dan cuenta de que Aníbal Julio acudió en una ocasión al
Palacio Nacional en busca de su hermano, por la recriminación que le
había hecho, pero dicen que el dictador se habría escondido. Aníbal
Julio sufría de inestabilidad emocional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Barahoneros y visitantes: apreciamos sus comentarios