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Rafael Mercedes |
Eran los tiempos en que las ilusiones flotaban en nuestras mentes cada vez que nos acotejábamos para leer una historieta, paquito o muñequito (depende como usted se acostumbró a llamarle) de Superman, la pequeña Lulú, Archie, Epopeyas, Chanoc, etc. Recuerdo como intercambiábamos cada historieta entre los amigos de infancia, lo cual nos relacionaba muy estrechamente y nos invitaba a tratar de imitar los dibujos impresos en los muñequitos; y es así como se inician en el arte de la pintura dos jóvenes de mi barrio, Rafael Mercedes y Sigfrido Jiménez hoy excelentes artistas del pincel nativos de Barahona.
Me complace compartir el gentilicio de barahonero o mejor dicho aun, de playero con Rafael Mercedes o Rafael de Dominicana su nombre artístico quien exitosamente ha plasmado un estilo único en las artes del lienzo, pincel y la Pintura; manejando con frescura el color y la fantasía. A continuación les dejo parte de la biografía de Rafael.
Rafael de Dominicana, Pintor Dominicano nacido en Barahona, el día 3 de abril del año 1956 bajo el régimen de la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo Molina, hijo del señor Juan Mercedes y la señora Gloria Carrasco de Mercedes, sus hermanos, Víctor, Nancy, Máximo,Manolo, Nelly, Johnny, Luisito Y Chicha, este ultimo de padre.
Autodidacta, con una sensible intuición en el aprendizaje y profundización en el conocimiento de los más variados recursos técnicos y estilísticos de las artes visuales, ha realizado innumerables cursos dentro y fuera del país como: terapia de color, conceptos de abstracción en el arte moderno, creación artística y sociedad la abstracción de las artes visuales, clasificación y selección de obras de arte.
Desde muy temprana edad tenía la tendencia a la contemplación, por eso siempre buscaba los espacios abiertos que le permitiesen estar a solas, su padre lo levantaba a las 4 de la madrugada y lo llevaba de pesca, el viento, las lluvia y el frío matutino, fueron endureciendo su carácter, él y su hermano Víctor pasaron muchas inclemencias detrás de una camioneta, recostados de la yola de pesca, los amaneceres, los cambios de climas, le mostraron a Rafael el camino de la vida y el color de las olas. Se sentaba apartado de todos sobre las rocas del mar y su mente deambulaba entre espumas y choques de olas, arrecifes y arena, allí nació el color, nació una realidad que le fascinó y que lo ataría el resto de su vida.
Como el mar mezclaba los azules, transformándolos en verdes y como cambiaban a blancos grisáceos y los cielos emanaban del horizonte y creaban amaneceres de mil colores, combinándolos con el tiempo y el espacio y tomo un lápiz y salieron imágenes y se aferró al pincel y el color tomo vida y fue un niño diferente, un creador de la vida un hacedor de sueños y estos tomaron vida y los lienzos se llenaron de imágenes, de aquellas vividas y de otras extraídas de algún lugar de su mente y el lápiz y el pincel fueron una extensión de sus manos y su cerebro decreto e imprimió imágenes, miles de imágenes que nacen en su mente sin ton ni son.
El Dr. Joaquín Balaguer presidente constitucional de la república en un plan educacional crea Las Escuelas Laborales de las Fuerzas Armadas en un intento por hacer una juventud más sana. Es allí donde Rafael toma sus primeras clases de pirograbado, piro fuego grabado en madera o pieles, un arte fascinante no se requería saber pintar para su uso, pero Rafael dio un giro sobre su aplicación y adapto su dibujo, a este nuevo arte, creando nuevas pautas a seguir, imprimió un estilo nuevo y abrió un mundo de posibilidades con el pirógrafo, el profesor Justo Hernández, (un extraordinario ser humano como lo describe Rafael) le otorgo el primer lugar de estas 3 escuelas, diseminadas por el país, más el privilegio de trabajar en su taller en la capital, con un sueldo de 250 pesos. Justo Hernández, fue más que un jefe, fue un amigo, un hermano, para Rafael.
Este excelente artista participa en la Bienal del 1973 obteniendo una mención honorífica. Con la separación de Justo Hernández y el apoyo artístico que este le daba, se dedica a la publicidad, trabajo que le quita el tiempo de seguir incursionando en el arte durante largos años. Su primera individual fue El 16 de Julio del 1990 (Orquídeas en el azul, un homenaje a la naturaleza) en la Terraza del Hotel Embajador. Y no es hasta el año 2000, cuando Rafael retoma el pincel y participa en una colectiva, invitado por el presidente de Los Artistas Plásticos de San Cristóbal, Jorge Guigni, integrándose de lleno, a las artes plásticas.
No soy Barahonero, pero tuve el placer de ser su vecino en Santo Domingo, cuando él vivio en la Zona Colonial. Muchas veces le visite en el taller del Maestro Justo Hernandez, y las primeras (y unicas) lecciones de dibujo, las recibi de él. Creo que el articulo se queda corto, Rafael es mucho mas que esto, es inconmensurable, un verdadero artista.
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