martes, 25 de enero de 2011

La Libertad Del Artista


 Por :Justo Luperón (Frank Adolfo)

El artista en sus fueros íntimos tiene la facultad de crear mundos.  Ilusiones y cosas que cobran vida bajo el influjo de una magia encantadora, que deleitará el alma y fortalecerá la mente.  

El artista es un ser único, irrepetible.

Está hecha con la sustancia ésa, digna de los dioses.  Por tanto son y, es un derecho natural, verdaderos dioses.

Están los artistas auténticos prodigando vida, deleite.  Generan pasión. Acicatean la inteligencia; coronan a la sabiduría con las más exquisitas diademas y le dan color, sonido y ritmo al mundo circundante que les ha tocado en suerte.

No siempre son bien interpretados los artistas en su conjunto.  Se les juzga por acción, por actitudes o por omisión.  Es normal, pues tienen formas humanas y eso es todo.
Pasará el tiempo, medidle y el artista hará mutis momentáneamente de un espacio físico que labró a golpes de gracia y hermosura. 

Lo llenó pleno de  bondades y ternura y deleitó hasta las mismísimas rosas con el discurrir de la elegancia.  Sin embargo, esa quizás y fugaz escapada del plano tridimensional, permanecerá con las huellas indelebles que resistirá el paso del tiempo, prolongándose cada vez más, impertérritamente.

Ese es el artista.  Humilde a ratos, profundo las más de las veces.  Mensajero o como se les quiera llamar a los heraldos.

Decimos estas verdades desnudas de pasion y convencidas de una objetividad absoluta, porque todo mundo quiere que los artistas opinen o actúen dentro de pequeños huecos o encerronas que las sociedades acostumbran erigir con normas, que los artistas las ven pasar.

Es cierto que a veces uno que otros artistas se dignan agradar a mecenas e interesados y actúan conforme a los requerimientos.  Esa es una actitud, no la aptitud del artista.

No se puede juzgar a un artista porque haya decidido, en determinada ocasión, ofrecer solidaridad a una causa, no importa lo específico, cabe cualesquier designación o denominación.  Eso de ninguna manera compromete al artista en su totalidad.  Es una particularidad, un accionar, simplemente eso.  Ya lo dije: es una actitud.

Aun se metan hasta el cuello por el sólo hecho de participar, el artista pasará incólume a través del tiempo y generaciones.  Perdurará por su autenticidad y sus creaciones.

La libertad del Artista está centrada en que nadie sobre la faz de esta nave espacial, que va de paso hacia su destino ineludible, podrá encerrarlo de un todo en cercos momentáneos, triviales, productos de normas intangibles y adjetivas otras.  Siempre estará por sobre todas las cosas pensadas. 

El artista es la creación misma de donde mana la eternidad.

Hasta la próxima, amigos

1 comentario:

  1. Amen, amen, y amen... Mejor no se hubiera dicho, Frank gracias por este hermoso escrito, desbordado de verdades, un fuerte abrazo.

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