miércoles, 6 de julio de 2011

Propuestas Para La Paz II

II
Por Yorik Rafael Piña F.
Yorik Rafael Piña
Hace algún tiempo nos reuníamos, a menudo, un grupo de psicólogos, maestros, economistas, arquitectos, ingenieros y técnicos en otras ramas del saber, alrededor de una preocupación común:  EL DETERIORO PROGRESIVO DE LOS VALORES HUMANOS y el peligroso desarrollo de los criterios más negativos que jamás pudieron imaginar nuestros abuelos, iban a ganar tanto espacio en instituciones, empresas, sociedad civil en general y, en fin, en casi todas las familias y grupos comunitarios del país.

Nuestra respuesta a esta aniquilación de los más elementales principios de convivencia humana fue la de redactar  estas: PROPUESTAS PARA LA PAZ.

No nos animaba otra intención que no fuera la de reunirnos alrededor de unas ideas, recogidas en ese documento que nos identificara, que nos pusiera un sello de DIFERENTES.  Así surge lo que hemos llamado "funcionalismo". (Función adecuada para beneficio y felicidad del pueblo de las instituciones, empresas, organizaciones, la familia y el hombre mismo).


El Movimiento Funcionalista nace en el dolor. Nace en el dolor de la patria; pero no de esa patria subjetiva, abstracta, aérea que sólo existe en la palabra hueca, sin sentido alguno, en los que hablan a nombre de ella, reflejando sus sentimientos personales como si la patria fuera cada ciudadano, en particular. 

Según la teoría del alternativismo constructivo de George Kelly, los constructos son la forma de como una persona percibe los eventos que suceden en la vida. Si somos 9 millones de habitantes con este criterio, habrá nueve millones de patrias diferentes.  A algunas patrias les interesan los pobres, a otras la salud, a otras los niños, a otras la penetración cultural, las drogas, la religión, en fin, cada "patria" tendrá un sentimiento diferente, según el egoísmo de cada tirano encerrado en sí mismo, en cada uno de nosotros.

La patria está en crisis, en crisis económica y en crisis de valores. La inversión de valores que nos agobia a todos y que penetra, sin ningún tipo de resistencia, en las conciencias de nuestros paisanos, profundiza el problema y dificulta su solución.

Nadie piensa con sinceridad, en soluciones reales. Los enganchados a líderes usan los medios de comunicación para emitir opiniones sobre las posibles soluciones que avergüenzan.

Muchos de los funcionarios que el Estado se gasta, pierden el 75% de su energía vital, calculando de cómo hacerse de unos cuantos millones de pesos en la menor cantidad de tiempo posible y, por la inversión de valores que, poco a poco nos pudre, oyen como un susurro de su inconsciente que, el mejor de los funcionarios que pagan los gobiernos es el que logra ese objetivo ridículo, asqueroso, estólido y criminal. Los invertidos en valores los consideran: sabios, vivos, inteligentes… y la minoría que entiende como valores humanos la honestidad, la decisión, la lealtad, tenacidad, voluntad, determinación, largueza, responsabilidad,  puntualidad, patriotismo, competitividad, esperanza, fidelidad, solidaridad, esfuerzo, humildad, servicio, caridad, comprensión, y laboriosidad, los considerarán ladrones, traficantes de influencias, estúpidos, truhanes, bandidos, estafadores, prevaricadores, cohechores y sibaritas. 

Tenemos que salir de esta casta de pillos. No es fácil; pero tenemos que hacerlo. Empecemos rotulando cada acción por su nombre real y dejemos de aplaudir lo malo como bueno y tildar de ilusos a la minoría que entiende que el robo es robo y que el crimen es crimen.

Basta de hablar en los medios de comunicación con criterios aéreos. Basta de expresar muy diáfanos conceptos en público y sentir y hacer lo contrario en privado. 

Esa dualidad conceptual, esa doble moral nos tiene en crisis. Sabemos que eso no se arregla en poco tiempo; pero algún día tenemos que empezar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Barahoneros y visitantes: apreciamos sus comentarios