Por Praede Olivero Féliz
En la madrugada del lunes 23 de
agosto, 2003, mi hermano Francisco Javier Olivero Heredia sufrió un terrible
accidente, mientras se dirigía a su casa en la ciudad de Barahona.
Sufrió golpes severos en un
brazo, una pierna y en el cráneo, estos últimos le llevaron al quirófano,
después que la tomografía presentará la sangra acumulada en su cerebro.
En la actualidad está en UCI (Unidad de
Cuidados Intensivos) del Hospital Dr. Ney
Arias Lora de Santo Domingo, aun sin recobrar la conciencia, pero estable.
Francis tiene 26 años, estudió
inglés, estudia derecho en la UASD y es uno de los conductores de la sección
deportiva del programa de radio y televisión Orientación Popular, que produzco
en las Empresas Radiofónicas S. A.
Este hecho que causa mucha pena
en la familia y parte de la sociedad, es la reproducción del corre corre
originado cuando él era un adolescente y fue herido en el cuello con arma
blanca. El Dr. Fabio Vargas lo asistió y dada la gravedad del caso lo refirió a
Santo Domingo, fue su salvador en la
ocasión, porque además llamó uno de sus profesores, quien lo esperó en el
hospital y le salvó la vida, con sus conocimientos, humanismo y solidaridad.
En esta ocasión lo están salvando
varios médicos, los primeros los de la emergencia del Hospital Regional Jaime
Mota, los otros los del Hospital Dr. Ney Arias Lora, donde conocimos a la Dr. Alexandra
Peña Carrasco, de Paraíso, Barahona, que le ayuda a salvar la vida.
Debo destacar los esfuerzos del
Dr. Marcos Soto, Director del Hospital Regional Jaime Mota, a quien llamé el
día del accidente, muy temprano en la mañana y gestionó el cupo y el traslado a
Santo Domingo, al hospital donde lo atienden.
Soy un hombre de mucha fe, creo
en Dios, mi familia es cristiana, todos elevamos plegarias al creador por la
salud de Francis y pedimos a los amigos y hermanos de iglesias sus oraciones,
seguros de que las oraciones serán oídas, surtirán su efecto y tendremos a Francis de nuevo con nosotros, porque con
el poder de Dios, se levantará y andará cual Lázaro.
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