La semana santa o semana mayor conmemora la
pasión, muerte y resurrección Jesucristo, es una semana de reflexión y
recogimiento, lo ideal es acompañar a las iglesias en sus misas, cultos y demás
actividades.
Si nos acogiéramos a la programación de las
iglesias, la muerte no rondara, ni impactara tanto a nuestras familias, a más
de 2000 años de que el Mecías entrego su vida por nosotros, en el más grande
gesto de amor al prójimo.
Los que siguen las tendencias “modernas”
tienen derechos legales al disfrute, a vacacionar en semana santa, pero no
tienen el derecho a violar las leyes de
Dios, ni sus propios derechos, mucho menos los derechos de los demás.
Hay que cerrarle el paso a la muerte, hay
que abrirle la puerta a la vida.
No debemos especular alegando esa ley del
mercado, la ley de la oferta y la demanda, que como se desbordan los pasajeros
aumentan los pasajes y sobrecargan los vehículos de pasajeros, atentando contra
la seguridad de todos los que van en los vehículos.
También deben corregir el exceso de
velocidad, el embriagarse mientras
manejan, porque ahí está la causa de la mayoría de los accidentes de
tránsito y de muerte en la semana santa.
Es necesario hacerle caso a la policía,
Amet, Defensa Civil, Cruz Roja, Cuerpo de Bombero y a todos los organismos y
autoridad y sus disposiciones, que buscan ayudar a los ciudadanos, en este
largo feriado.
Recuerden, esperamos el regreso de todos,
sanos y salvos, lo que depende en gran parte del comportamiento de cada uno de
nosotros, por eso les recomiendo: Prudencia en semana santa.
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