Fuente: Listin Diario
Andrea Luna / Benny Rodríguez
Mariana Cuello Lopez |
Su piel luce arrugada por los años, pero tiene una lucidez que llama la atención.
Doña Mariana Cuello López, de 82 años, no tiene muchas expectativas para la noche del 24, cuando la familia se reúne a compartir la tradicional cena de Nochebuena.
Ella no tiene esperanza de juntarse a los suyos, debido a la situación de miseria espantosa en que vive, pero es firme de convicción y piensa que un buen samaritano podrá tenderle la mano.
Cree que a su edad no tiene maneras de meterse en los embrollos que se arman en la entrega de las cajas de Navidad por parte de las autoridades, ya que tiene el temor de que la echen al suelo y si logra conseguir una caja, entonces haya que llevarla al hospital.
Mariana Cuello Lopez |
Su anhelo, dijo a este reportero, es si consigue que algún buen samaritano pueda llevarme “alguito” para cenar mañana junto a los suyos, ya que no tiene esperanza de que sus cinco hijos puedan ayudarla y ofrecerle un bocado en Nochebuena, debido a la estrechez económica en que éstos también se desenvuelven.
“Si me dan es que yo podré hacer algo, una cena que tam poco tiene que ser muy costosa, pero al menos un pollo, espaguetis, telera y un poco de ensalada”, dijo esta humilde señora.
Expectativas Para doña Marina, quien reside junto a un hijo en su humilde casita, techada de zinc, hojalatas y tablas, el aire navideño que comenzó a sentirse desde el mes de noviembre con los adornos y decoraciones en las casas, comercios, instituciones, no tiene mucho significado.
Tampoco las canciones que las estaciones de radio colocan y que indican que ya se disfruta de esta importante época del año, porque ella no tiene muchas expectativas para el 24 ni para el 31 de diciembre.
Sin embargo, para esta mujer sumida en la extrema pobreza lo que realmente le preocupa es poder vivir para ver la Nochebuena.
Anhela además estar al lado de los suyos cuando a la 12 de la medianoche del 31 suenen las campanas que anuncian la llegada del Nuevo Año.
“Estar viva en esos dos días de interés: el 24 de diciembre y el 31 para ver el Nuevo Año 2011 a ver si puedo mejorar mi situación que como usted puede ver no es muy buena, fíjese como vivo”, dijo mientras mostraba la precariedad de su humilde vivienda, cerca de las 4:00 de la tarde del lunes 20.
La dama conversó con este reportero mientras saboreaba un poco de moro con sardinas.
Dijo que no tiene ninguna otra ilusión, ya que a su avanzada edad no cuenta con una persona que pueda tenderle la mano a fin de cambiar su situación de pobreza.
Como buena cristiana, cuenta que está encomendada a Dios, quien no olvida a sus hijos, aun cuando se cree que no se puede mejorar.
RESIDENTE EN EL BARRIO PALMARITO
Doña Mariana Cuello López, de 82 años, reside en la calle Juan M. Cuevas esquina Nicolás Cuello, en el barrio Palmarito, ubicado en la parte alta de la ciudad, justamente a la entrada. Ella es habitante de la pobreza en una casita de madera, techada de zinc y con precario mobiliario. No pierde la esperanza de que llegue un día la solidaridad humana.
Doña Mariana Cuello López, de 82 años, reside en la calle Juan M. Cuevas esquina Nicolás Cuello, en el barrio Palmarito, ubicado en la parte alta de la ciudad, justamente a la entrada. Ella es habitante de la pobreza en una casita de madera, techada de zinc y con precario mobiliario. No pierde la esperanza de que llegue un día la solidaridad humana.
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