Por Wilson Gómez Ramírez
Dr. Wilson Gómez Ramírez |
Apenas comienza el último mes del año, el más esperado por cuanto entraña el desahogo y la renovación de esperanzas, el segundo de sus días es suficiente para que la doctora Flavia García Terrero, a través de su eficiente asistente, doña Grecia, nos llame por la vía telefónicaa, a eso de las 7:55 de la mañana, y de inmediato nos aborde: –Wilson… dime estás listo…vámonos a Barahona… Cuándo, le pregunto. Ahora, ahora mismo…
Y es que habíamos estado hablando de la posibilidad de trasladarnos a Barahona acompañando al director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), ingeniero Luis Sifres, de la museóloga Margarita González de un equipo de arquitectos e ingenieros, así como del consultor jurídico de este importante organismo del Estado.
--Bueno, y ¿cómo nos vamos?, responde a la velocidad del relámpago… --en helicóptero… a las 8:30 nos vemos en el Ministerio de las Fuerzas Armadas, de ahí partimos, en punto Ok? –Sí, le respondí, pensando en las tareas que tenía de frente para este día en mis habituales jornadas laborales, pero convencido de la importancia de hacer este singular viaje.
Al llegar a la sede militar encontramos en una de sus explanadas un helipuerto y allí las el sistema de propulsión que conforman las hélices a todo dar, en tanto que el sonido propio del aparato le ponía color al motivo del viaje, a las 8:52 minutos abordamos la nave propiedad de la Fuerza Aérea Dominicana conducida por experimentados pilotos de ese organismo castrense.
Con la majestuosa elegancia con que vuela la gaviota, así se fue elevando verticalmente el aparato que lucía impresionantemente refulgente por fuera, en tanto que por dentro dejaba por sentado que se trataba de un equipo de trabajo de hombres de la faena armada.
Tuptuptuptuptuptuptup… este sonido acompañado de un ensordecedor ruido y las vibraciones propias de este tipo de nave arruinaron la espontánea sonrisa de las damas viajeras que solo las exhibían al ver una cámara fotográfica, con excepción de doña Flavia que, tal vez por su veteranía, revelaba seguridad.
Vista de la ciudad universitaria y parte de la villa olímpica. |
El aparato fue ganando altura, vacilaba como si su cola resbalara ligeramente, abajo el Río Haina, se ven las carreteras, avenidas, calles y caminos al mismo tiempo, al poco después nos desplazamos entre montañas y luego se avistan poblados del inmenso Sur, desde allí arriba imaginamos a nuestros hombres mojando la tierra con sus sudores en la defensa de la Patria tras las embestidas de las huestes haitianas y después frente al ejército español y su comandante general La Gándara.
Cuando vimos la Sierra Martín García y su verdor que incluye tupidos cafetales, las aguas termales de Canoa, Barahona, y de Barrero, Azua, la Playa Punta Martín García, nos emocionó la mañana y esta emoción se fue acrecentando en la medida en que nos acercábamos a la genuina Perla del Sur que generosamente enseñaba sus más vivos destellos.
La ladera de El Curro confirmaba la mayor aproximación y la reconfirmaba la chimenea del Ingenio Barahona que, como en sus tiempos de moliendas para zafras records, iniciaba ese mismo día la zafra para este período 2010-2011, espesas columnas de humo se impulsaban para embadurnar alocadamente los cielos barahoneros.
Toma al llegar a Barahona por encima del Ingenio, nótese la exuberante vegetación. |
Por fin pasamos por encima del Ingenio, luego de un giro rasante que casi me acostó, mire a ver si alcanzaba a ubicar a Macho Kelly, pero que va! Rápidamente me robó la mirada la impresionante ciudad universitaria, recordé entonces los esfuerzos de Antonio Méndez, Flavia García, Leo Mercedes, Tinito Cury, Teseo Ramírez y otros nobles barahoneros, en interés de establecer la primera extensión de la UASD en 1970, lo que afortunadamente se logró y hoy se transforma para dotar de sano orgullo al universitario nativo.
Sigue el aparato su “tuptuante” y zigzagueante carrera hasta descender, con particular donaire, en la base aérea de Barahona… ahí recordé las tropelías del entonces mayor Eladio Marmolejos, en 1965, y dije –Y pensar que en la cabeza de esta pista hay gente enterrada por haber pensado y actuado diferente… Fíjense en las cosas de la vida.
Allí nos acomodamos en los vehículos disponibles para el ingeniero Sifres supervisar los trabajos de la ciudad universitaria, los notó al ritmo que había imaginado… vimos que estaban asfaltando las calles internas y preparaban las vías aledañas para hacer lo mismo… Allí vimos a quien supervisa los trabajos el Ing. Medrano (El burrito blanco)…como siempre jovial y sencillo.
El Ing. Sifres conversa con la prensa se observan el Ing. Medrano, el Arq. Osorio y doña Flavia. |
--Ahora María Montez, se oyó decir al ingeniero Sifres, de nuevo abordamos los vehículos y tomamos la carretera de Villa Central-Barahona (inmerecidamente Joaquín Balaguer, que hizo este hombre que no fuera reprimir a este pueblo…no sé de quién diablos fue la idea), en fin llegamos al Solar natal de “La Reina del Technicolor”… allí comenzaron la museóloga, los arquitectos e ingenieros a mirar… preguntaban el metraje…miraron el solar contiguo que pertenece a doña Sión Ramírez e hijos… Se tiene noticia que Melton Pineda adquirió el que corresponde a la Montez, llega una persona con las llaves abre la puerta y todos pasamos para el interior del solar.
Allí siguen las conversaciones, llega la prensa, Praedes Olivero micrófono en mano y su camarógrafo, Teuddy Sánchez, saca “una quisonda” y entrevista rápidamente al ingeniero Sifres, el veterano periodista Francisco González se mueve y se marcha apresuradamente para lanzar en la emisión de Noticiario Popular la primicia de que había un proyecto de construir el Museo María Montez, un proyecto que aspira a por lo menos cuatro niveles.
--A los pocos minutos ya, el llamado en la capital “Bazooka”, Melton, estaba contactado y se mostró abierto para transferir sus derechos, todavía no registrados, para que la obra sea la realidad que todos aspiramos.
Otro ángulo de la ciudad universitaria. |
A las 11:23 minutos todos los caminos reservados a la comitiva que había partido de la capital, exactamente 2 horas y 31 minutos antes, conducían hacia el arrebatador paisaje que conforman la verde y empinada montaña, las aguas frescas cristalinas del río y el oleaje fuertesuave de las aguas de tonalidades de azules intensos, cielo y turquesa, la costa suroestana, hasta llegar a Villa Miriam… lugar donde la naturaleza que impulsa Dios se volvió excesivamente pródiga… allí el fuerte impacto de quienes no conocían el lugar, matizado por un espléndido buffet que organizaron barahoneras correspondiendo al llamado de doña Flavia, sin que faltaran camarones, lambíes, exquisita ensalada, entre otras alternativas del gusto gourmet.
Sorpresa… allí encontramos al cantante y pequeño empresario Willy Gómez, con su equipo amenizando un encuentro de los empleados de Casa Bonita. Más sorprendente fue encontrar allí a Víctor Peláez, como si acabara de escapar del mismo “Taller de Ramoncito” y se asilara en aquel rincón de cautivante belleza; nos contó que tenía planes de establecerse en su lar nativo…trabaja y eso espera.
A la 1:29 de la tarde, todo estaba consumado… ocupamos los vehículos y partimos rumbo a la base aérea, allí nos esperaba el helicóptero que nos dio un toque de poder… sin embargo, estaba totalmente consciente de que tras viajar en helicóptero y desplazarme por tierra en yipeta “Mercedes Benz”, en el parqueo de las Fuerzas Armadas me esperaba el “Nissan Sentra” propiedad de la Suprema Corte de Justicia que me transporta bajo mi propia conducción.
A las 2:50 minutos de la tarde estábamos ya en tierra… ahí terminó aquel viaje interesante del que quedan los recuerdos y las fotos que hice desde lo alto y la bajo que me colocó la aeronave de hélices horizontales y de ascenso y descenso vertical.
Oigan, hermanos, con la destreza y frescura con que el buen amigo Wilson Gomez maneja el verbo y la palabra escrita, leyendo su ameno relato, me parecio como si yo iba al lado de el y de la siempre hermosa y agradable barahonera y barahonerista Flavia Garcia. La misma emocion.
ResponderEliminarPaisanos, parece que las cosas van en serio. Conozco personalmente al Ing. Sifres y se que no es un hombre de hacer bultos y demagogia para allantar incautos. Si logramos convertir en realidad lo que ha pasado ya de sueño-idea a cuasi proyecto, el Museo Memorial Maria Montez, dariamos un palo mas alla de los 411 en el largo y dificil camino de salir de la postracion y el atraso. Hagamos nuestro ese proyecto, que todos juntos podemos. Abrazos calurosos para tod@s.
Apreciamos tus comentarios y estamos, absolutamente, de acuerdo con tu exposición.
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