sábado, 4 de diciembre de 2010

I Conoce Al Niño...Evitarás Que Sea Un Delincuente

I
Por Yorik Rafael Piña
I Estructura De La Psique Del Niño
Según la escuela de Palo Alto, en los Estados Unidos, lo primero que se “construye” en el niño es la llamada lógica profunda que no es más que la “absorción”, por llamarlo de alguna manera, que el niño ejecuta de los deseos, motivaciones y valores fundamentales de su padre. La niña lo hace de la madre.

Los deseos son los sentimientos de logro. Puede ser desde el muslo de pollo que le agrada al padre y el niño le imita, hasta el deseo de una mansión, un carro, riquezas en general, fama o gloria.

Las motivaciones son los estímulos que excitan al padre y que el niño, poco a poco, aprende a ser estimulado de igual manera. Ej. El gusto por las carreras de carros, por el juego de pelota, por el deporte en general.

Valores Fundamentales  son los valores o antivalores que el niño imita de sus padres: Justicia, honor, veracidad, honestidad, sinceridad, lealtad, amor al trabajo, largueza, etc.

La personalidad del niño, según la escuela de Palo Alto se “construirá” sobre la lógica profunda ya creada por el chiquillo, según los deseos, motivaciones y valores fundamentales de sus padres.

Adolescentes En Conflicto Con La Ley Penal
En un artículo publicado por la Fundación Amigos Del Mundo Inc., en el periódico “Listín Diario” en 1995, bajo el título “Delincuencia Juvenil, Dolor De Cabeza De Los Padres” se expresa, cito:

“El placer que se recibe por la carga afectiva de lograr aceptación, simpatía, valoración, el aplauso de los demás, es tan grande que el dolor que impone el sacrificio de dejar de ejecutar actos, rotulados como "malos" y que también lo provocan, pasa desapercibido, no se siente, en el climax de la recepción de afecto, por la ejecución de actos buenos.

El hombre busca la aceptación, la valoración, el aplauso de los demás por la gran carga de afectos que recibe.”

Esto, a  nuestro modo de ver, es el fundamento para que los jóvenes de hoy se vean atraídos por el bien o por el mal. Es que el hombre siempre está a la búsqueda del placer. El artículo periodístico a que hemos hecho referencia continúa expresando, citamos:

“La costumbre es la forma de actuar y de reaccionar, de una comunidad determinada, ante una situación o estímulo. Es la tradición de los pueblos. Actuar, de acuerdo a esas tradiciones, da los parámetros de lo que es "normal", de lo que es bueno, de lo que es malo. Es la moral de esa comunidad. Toda actividad individual, contraria a esas normas, es rechazada. Sólo se acepta y se aplaude lo tradicional, lo establecido.

Cuando rechazamos un acto inmoral, sin la debida carga de afectos, compensatorio del dolor que estamos ocasionando, (comprensión, explicación del problema, medidas alternas, etc.) estaremos formando para la delincuencia.

Suprimir el placer causa dolor. Los niños y adolescentes no están formados. Nacen sin criterios morales. Las costumbres, las tradiciones, es decir, la moral de los pueblos, las "fabrica" el hombre. No viene en el "programa" que nos da la naturaleza cuando nacemos. Tenemos que enseñar, con amor, el beneficio de respetar los criterios morales, los imperativos sociales. Si no es así, estaremos formando para la delincuencia.

Los jóvenes que se dedican, sin ningún reparo a delinquir (robos, drogas, prostitución, atracos, violaciones, etc.) tienen, más o menos, la misma estructura afectiva que los demás de su edad. La diferencia está en que, a unos se les inyectan criterios morales y a otros no. Son "analfabetos funcionales", en muchos casos.

Los padres que no tienen ninguna formación no enseñan a sus hijos los beneficios de desarrollar los valores humanos que, definitivamente, son necesarios para elevar la autoestima. Estos jóvenes sienten que no valen nada. Se creen basura. Por proyección, no valoran a los seres humanos que les rodean.

Los principios morales, el respeto a las costumbres y tradiciones, inculcadas, desde la niñez con amor y dedicación, marcan la diferencia entre uno y otro.

El sentido del honor, el amor al trabajo, la confianza y seguridad en uno mismo, la preparación personal para desempeñar un papel en la comunidad, la interacción afectiva con hermanos, amigos y compañeros con buena orientación; en fin, el desarrollo basado en ejercitar, con supervisión, los valores humanos, es fundamental para encauzar, por caminos diferentes, a estos jóvenes que sufren y que son una "bomba de tiempo" para la sociedad que los tiene insertos en su seno y que los rechaza.” Termina la cita

La proxima entrega será en dos días...

El autor es psicólogo Clínicoy
Presidente de la Fundación Amigos Del Mundo Inc. (Amimundo)

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