martes, 13 de agosto de 2013

El abuso de antidepresivos y ansiolíticos está asociado con la disfunción eréctil.

Fuente: Carpe Diem

Comunidad Terapéutica
En la sociedad moderna, prácticamente todos nosotros conocemos al menos una persona que toma antidepresivos o ansiolíticos sistemáticamente para dormir, automedicandose crónicamente. Además de la adicción a los mismos, la cual es una adicción grave ya que tomarlos demasiado tiempo genera una dependencia muy fuerte, se le suma otro grave problema, la disfunción eréctil.

Una encuesta reciente revela que los tranquilizantes conocidos como benzodiacepinas y otros antidepresivos más antiguos estarían relacionados con un mayor riesgo de padecer disfunción eréctil (DE). "Definitivamente, esto confirma que los tricíclicos (antidepresivos) están asociados con la DE”, dijo el doctor Richard Balon, profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de Wayne State University.

Para conocer cómo están asociadas con ciertos medicamentos, el equipo de Varant Kupelian, de los Institutos de Investigación de Nueva Inglaterra, Watertown, Massachusetts, entrevistó a 2301 hombres sobre qué fármacos utilizaban y la función sexual.

Los autores definieron la DE con un puntaje de 17 o menos en una escala de autoevaluación de la firmeza de la erección, la fiabilidad y la satisfacción de 25 puntos.

Uno de cada cinco entrevistados tenían DE. Casi la mitad de los 60 hombres que habían tomado un antidepresivo tricíclico en el último mes tenían DE, comparado con un cuarto de los que no habían utilizado esos fármacos.

Los antidepresivos tricíclicos más comunes son la amitriptilina y las marcas Anafranil, Tofranil y Vivactil.

Tras considerar los factores de riesgo de la DE, como la edad y la enfermedad cardíaca, el equipo halló que los usuarios de esos fármacos tenían el triple de riesgo que el resto de padecer DE. Y los usuarios de las benzodiacepinas como Valium, Xanax, Klonopin y Ativan, que se utilizan para tratar la ansiedad, eran dos veces más propensos a desarrollar DE.

Hay que destacar que el estudio no prueba que estos medicamentos causen el trastorno sexual per se, que la DE promueva una alteración psiquiátrica o que, quizás, ambos problemas compartan una causa subyacente. "No podemos hablar de causa ni sabemos cuáles son los mecanismos que influirían o no en la función eréctil", dijo Kupelian.

Kupelian coincidió en que si bien estos resultados son convincentes, para confirmar la relación aun necesitan más estudios. "Estos son análisis exploratorios", dijo. Recomendó no utilizar los resultados para realizar recomendaciones terapéuticas y consideró que los hombres que estén preocupados por los efectos de sus medicamentos, conversen con el médico.
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