martes, 13 de agosto de 2013

MANUAL DEL CORRUPTO -

por Víctor Manuel Caamaño,
PARTE I, 
Este escrito no es para adiestrar a los corruptos, ellos son maestros del ingenio y del uso de las oportunidades para enriquecerse, sino para que los demás vean que este cáncer social nos afecta en todos los sentidos y en todas nuestras actividades, y que si no lo erradicamos seremos destruidos por él. 

 I- Radiografía del Corrupto: 
 Para hablar del proceso de degeneración individual que lleva a muchos a la corrupción hay que dividir los corruptos en tipos, y también hay entender el crecimiento de los valores negativos o anti-valores en la sociedad. No todos los corruptos actúan por procesos similares de pensamiento. Existen los decididamente delincuentes, que llegan al gobierno para enriquecerse rápidamente usando su posición en el Estado. Estos van a hacer fortunas desde el gobierno o mediante el tráfico de drogas, o secuestros, asaltos, o cualquier método a su alcance. Desde luego, el método que le proporciona mayor satisfacción es una posición en el gobierno por el "reconocimiento" que les proporciona, reconocimiento que es igual de importante que el dinero para ellos. De estos no hay que hablar mucho por que son parte de la canalla que produce una sociedad, la escoria del proceso social en una sociedad materialista en donde lo más importante no es SER sino TENER. 

 Pero existe otro tipo de personas que inicialmente no pensaron hacer "lo mal hecho" y los que poco a poco van sucumbiendo debido a una personalidad débil, a valores morales no muy definidos y empujados en muchos casos por la necesidad o el temor a un futuro incierto, ya que no tienen ningún tipo de seguridad social para enfrentar la vejez. La sociedad con su indiferencia para con sus servidores es muchas veces responsable de estos resultados. 


Primero comenzarán por la relación con un funcionario corrupto que al provenir, generalmente, de un bajo estrato social siente una necesidad imperiosa de que los demás vean "lo bien que vive" y los lujos que se puede proporcionar. Por esa necesidad patológica se convierte en derrochador y amante de hacer invitaciones frecuentes que van trabajando al hombre común y éste comienza a ver con cierta normalidad las actividades inmorales que ejecutan los funcionarios para lograr el estándar de vida que enseñan con orgullo y regocijo. Luego terminarán con una especie de admiración por la "habilidad" del "Don nadie" que se cree incorporado a la aristocracia social. 

 Sin proponérselo este delincuente va contagiando el mal y propagando la epidemia. El empleado común comenzará a recibir ciertos regalitos que le obsequiarán aquellos que dependen de sus decisiones rápidas y de sus servicios en el tren administrativo. Por último se cumplirá la máxima que reza "Quien no vive como piensa, terminará pensando como vive" y comenzará a aceptar dádivas y a realizar favores especiales que irán proporcionándoles ciertas comodidades y terminará convirtiéndose en un corrupto mediocre. Un ladronzuelo de poca monta que será despreciado por todos, incluyendo aquellos delincuentes que le carcomieron sus débiles posiciones morales y quienes hablarán con desprecio de él para fingir una falsa honestidad que ellos creen adecuada a "su nueva posición social". 


Los antivalores que permiten que se extienda la gangrena social están retratados por un refrán popular recogido por un famoso tango que dice: "tanto tienes, tanto vales". Esta sentencia es el máximo reconocimiento a la mediocridad existencial. Los "hombres sombras" de la sociedad no se valorizan por ser personas humanas, sino por los ceros de su cuenta bancaria. No se enorgullecen de las virtudes cultivadas, ni por la personalidad desarrollada; se enorgullecen por el carro que guían; no se sienten realizados por los conocimientos y experiencias adquiridos sino por la cabaña que poseen en la playa, etc. 

 El "sentido común", que no es igual que el "buen sentido", les apremia a aprovechar la oportunidad para su propio beneficio sin reparar el terrible daño que le hace a su pueblo y finalmente a si mismos y a sus familiares. El Honor, La Palabra y la Seriedad que conlleva la Dignidad del ser Humano son totalmente desconocidos por ellos y se burlan de esos conceptos al igual que los ignorantes hacen chistes sobre las computadoras que no comprenden. 

 Para resumir; el corrupto pertenece a la clasificación de "los nuevos ricos" cuya conducta siempre será disonante para todos los niveles sociales por su falta de autenticidad. Estos elementos pueden identificarse generalmente por el cambio en su conducta personal cuando ocupan una posición en el gobierno. 

Decía la antigua sabiduría china recogida por Confucio que: "cuando una persona cambia su personalidad al ocupar una posición es una señal clara de que la posición es superior a la persona" y nuestra experiencia nos ha enseñado que estas personas de autoestima tan baja, serán capaces de cualquier cosa con el fin de mantener la imagen creada para ocultar su incolora existencia y su pobrísima vida interior que revela su mediocridad personal. 


Pero, además de los delincuentes de "cuello blanco" y de la plastilina social que se deja envolver en conductas y prácticas egoístas y traidoras, prácticas que van destruyendo sus naciones junto al futuro de sus descendientes, existe otro tipo de elemento que carga sobre sus hombros igual responsabilidad que los anteriores sin los beneficios materiales de los delincuentes. Este otro tipo de elemento social que por paradoja es el principal perjudicado de toda esta locura de enriquecimiento ilegal, es el ciudadano indiferente. 

 El indiferente permite que se les conculquen sus derechos a una vida mejor, deja que se sacrifique su salud y la de los suyos al permitir el robo en los presupuestos de salud pública, condena a sus hijos a un existencia miserable al permitir la corrupción en el sistema educativo, ha aceptado comer cada vez menos al permitir la devaluación de sus monedas para beneficio de aquellos que después de cada elección demuestran no conocerlos, en fin, permiten que les destrocen sus vidas trabajadas dura y honradamente para beneficio de los vivos que han hecho de la "política" su profesión. 

Para destruir un país mediante la corrupción es necesario: Dirigentes ambiciosos y sin moral y, un pueblo indiferente e insensible ante su propia desgracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Barahoneros y visitantes: apreciamos sus comentarios